Un promotor de la poesía visual
El jiennense Fernando Millán muestra en Sevilla la actualidad de la literatura vanguardista
La poesía visual tiene en Fernando Millán (Villarrodrigo, Jaén, 1944) a uno de sus personajes clave. Esta modalidad literaria que mezcla palabras e imágenes vivió un momento de auge entre 1968 y 1975. Luego, su difusión entró en un proceso de cierto declive. Sin embargo, permaneció viva. Centenares de poetas se adentran en este territorio mestizo e, incluso, la Universidad se interesa por ella a través de tesis y estudios. Millán participó en la muestra Contenedores 5.0. la pasada semana en Sevilla. Millán ofreció el viernes una acción -el canto sin música de un fragmento de un cuplé- dentro de una sesión de performances en la Sala San Hermenegildo.
Millán entró a formar parte en 1964 del grupo de vanguardia Problemática 63, creado por el poeta uruguayo Julio Campal. "En 1964 conocí a Campal, que había contactado con lo que se hacía en Brasil, Francia, Italia y Portugal en el terreno de la poesía de vanguardia. Todo esto me atraía. Desde niño había escrito y dibujado de forma natural. Encontré que esta poesía de vanguardia era algo muy lógico y natural de hacer", evoca Millán. "Campal murió en 1968 en un accidente doméstico. Me afectó mucho porque yo soy una persona tímida, reservada, introvertida... Y me encontré un poco obligado a liderar una cosa que necesitaba que alguien la moviera. Entre 1968 y 1976 di conferencias, monté exposiciones... Fui una especie de promotor cultural. Entre 1965 y 1975 se produjo el único momento de cambio auténtico de la sociedad española. Los medios de comunicación daban entonces gran importancia a la cultura porque no se podía hablar de política. Había una gran demanda de cultura porque la sociedad quería recuperarse del parón de los 30 años de posguerra. Entre 1965 y 1975 se produjo el cambio social; y tras la muerte de Franco se produjo el cambio político", comenta.
"La poesía visual se ha convertido en los últimos 40 años en algo con vida propia"
Millán publicó sus primeros versos en revistas como Poesía Española y Llanura. También participó en la Antología de la joven poesía española, seleccionada en 1967 por Enrique Martín Pardo. En 1968 fundó el grupo N. O. Este grupo organizó conferencias y exposiciones de poesía y escritura de vanguardia y publicó libros y artículos.
"Estudiaba con Jesús García Sánchez el Bachillerato Nocturno. Cuando cumplí 20 años, García Sánchez me regaló la edición de La realidad y el deseo, de Luis Cernuda, recién llegada de México", relata Millán, que llegó a Madrid a los nueve años. Sus padres formaban parte de la oleada de emigrantes andaluces que fueron a la capital.
Millán publicó en 1975, junto a García Sánchez, La escritura en libertad, una antología internacional de poesía experimental en la editorial Alianza. Tras un paréntesis en la década de los ochenta, Millán regresó a la creación. "Volví en los noventa. La poesía visual es un nuevo paradigma muy parecido al de la canción, que inventaron los trovadores en el siglo XIII. La canción es una mezcla de música y palabra; la poesía visual es una mezcla de imagen y palabra. O llamémosle mejor una mezcla de imagen y escritura", dice.
"El siglo XX es un momento ideal para la poesía visual por el grado importante de desarrollo al que llega la imprenta. La poesía visual se ha convertido en los últimos 40 años en algo con vida propia. Hay jóvenes de 18 años y personas de 80 que trabajamos en lo mismo. La poesía visual es lo más popular, lo más social de las producciones estéticas. La hace la gente que no es profesional y que quiere hacer algo estético: personas de extrema izquierda, de extrema derecha, anarquistas, profesores, celadores, estudiantes...", concluye Millán.
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