El Artium abre el diálogo del arte clásico con el contemporáneo
La exposición 'Mensajes cruzados' supone la cuarta revisión de la colección del museo
Goya y Guillen-Balmes, Ribera y Tàpies, Carlos de Haes y Elena Blasco, Antonio de Pereda y Cristino de Vera, una estela medieval anónima y una inscripción sobre piedra de Chillida,... Así hasta 35 emparejamientos entre obras de arte clásico con piezas contemporáneas, procedentes éstas últimas de la colección permanente del Artium. Mensajes cruzados es la cuarta muestra que organiza el museo de Vitoria a partir de sus fondos. Se inaugura el próximo 17 de marzo y permanecerá abierta durante un año.
La exposición supone, más que un simple juego de contrastes, un diálogo entre distintas expresiones artísticas, susceptibles de múltiples interpretaciones, las que aporte cada visitante. La obra de arte no tiene un sólo significado, expuso ayer en la presentación de la muestra el director del Artium, Javier González de Durana: "A juicio de este museo, la obra artística no existe sin observador que la interprete; es decir, la comprensión del arte es siempre contemporánea".
Por tanto, las relaciones que se establecen en las obras descubren las vinculaciones formales que puede haber entre el Cristo crucificado de Ribera y la Cruz negra i diagonal de Tàpies, dos obras de gran formato, que reflejan cómo no existe tanto vértigo en el salto de tres siglos, entre la figuración religiosa y la pura abstracción. Más evidente, en este ámbito de lo formal, es la relación entre los dos óleos sobre lienzo titulados Canastilla de flores, de Juan de Arellano, y la fotografía Snails (Caracoles), de Hanna Collins.
La mayor parte de las obras clásicas proceden del Museo de Arte Sacro de Vitoria, pero también figuran piezas de los museos de Bellas Artes de Bilbao, Sevilla, Zaragoza o Vitoria. Muchas de éstas son de temática religiosa que, en este contexto, queda en un segundo plano. La vinculación resulta provocadora en más de una ocasión, como la de un San Sebastián anónimo del siglo XV junto a la fotografía Delfín enchainé, de Pierre Gonnord, o el Ecce homo, de Luis Moales, del XVI, con el retrato Rage (príncipe ensangrentado), de Erwin Olaf.
Mensajes cruzados ha sido subtitulada Parlamentar con lo real en el tiempo, un guiño a su patrocinador, el Parlamento vasco que, con ella, inaugura los actos conmemorativos de su 25º aniversario. Sin embargo, su origen hay que buscarlo en una visita que realizó González de Durana al Museo de Bellas Artes de Sevilla, donde contempló las santas de Zurbarán. Allí recordó de una serie que había exhibido el Artium de retratos del fotógrafo Humberto Rivas, una serie de "santos laicos y democráticos", en definición de Durana. "Entonces, empecé a ver las posibilidades de contrastar obras clásicas y contemporáneas".
Al fin y al cabo, los temas que el artista trata en sus obras son siempre los mismos. "El amor, la muerte, la política, el sentimiento religios, la crítica social...", enumeró Daniel Castillejo, conservador de la colección permanente del Artium y comisario de la muestra con el director del museo. En cambio, el tratamiento del tema y la interpretación de la obra han cambiado con el paso del tiempo. "Por eso, hemos hecho hincapié en el aspecto didáctico de la muestra, con la elaboración de unos paneles explicativos que sitúan cada obra en su contexto, pero sin interpretaciones", añadió.
Los visitantes tendrán además la oportunidad de establecer sus propios emparejamientos utilizando las copias de obras contemporáneas e históricas que estarán disponibles. Incluso, podrán desarrollar una interpretación de las piezas y los lazos que encuentra entre ellas. Esta otra exposición quedará a la vista en las zonas determinadas en las paredes de una sala contigua.
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