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Reportaje:FÚTBOL | La crisis española en la Liga de Campeones

El Madrid incrementa su déficit deportivo

El batacazo europeo pone de nuevo en cuestión la política del club, con una plantilla desgastada y una cantera sin frutos

Diego Torres

La reunión de futbolistas más ruidosa de la historia culminó con la eliminatoria cerrada en el estadio de Los Alpes, el miércoles por la noche: 210 minutos de juego y un gol. Un gol de Helguera, defensa central y madridista de alma.

Al cabo de cinco años al frente del Madrid, la plantilla que ha diseñado Florentino Pérez con una inversión de más de 650 millones de euros -fichajes y salarios- en cinco años, está envejecida y, mayoritariamente, sin grandes posibilidades de colocación en el mercado. El equipo tiene el índice goleador más bajo del último lustro y el espíritu en el vestuario es pobre. Los resultados van menguando de forma inexorable. El optimismo universal que ha manifestado la directiva ya no se relaciona con la realidad. Los aficionados dan síntomas de perder la fe. Una parte, como los cientos que se congregaron en el aeropuerto de Turín después del partido del miércoles, se queja de la desaparición de los viejos valores.

Hace dos temporadas el club cayó en semifinales; la pasada, en cuartos, y ésta, en octavos
Con una inversión de más de 650 millones de euros en cinco años, la plantilla está envejecida
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Dijo Capello después de ganar la eliminatoria que el Juventus se había impuesto porque tenía "corazón". Con esto el técnico italiano apuntó a la esencia de la crisis ajena. Desde hace dos años, el espíritu del vestuario del Madrid es el que señala la indiferencia, la desconfianza en el mérito como vía para lograr objetivos, y la falta de convicciones que se deriva de la ausencia de líderes naturales -de los impuestos hay abundancia, pero no calan-. El espacio dejado por Hierro sigue sin llenarse.

Los canteranos, los llamados pavones, fueron ilusionados con una propuesta institucional ambiciosa. Florentino Pérez dijo, hasta hace unos meses, que su política se basaba en "cracks y cantera". Así se lo hizo saber a Queiroz, el técnico de la temporada pasada. Pero, como sostiene Arrigo Sacchi, actual director general de fútbol, en la cantera no hay nivel. O sea: Queiroz tenía razón. Desde 2000, de la cantera han surgido Rubén, Valdo, Núñez, Juanfran, Bravo, Pavón y Portillo. De todos ellos, el club sólo se ha interesado por renovar a Pavón. Los demás no han encontrado lugar ni en el banquillo. Y si lo han hecho -como Bravo- ha sido porque en el lateral derecho no hay sustituto. Un déficit inexplicable en un club de Primera.

El miércoles, la gestión de Florentino Pérez completó su segundo círculo. El equipo que quedó eliminado contra el Juventus fue el más cercano al que soñó su presidente. Hace dos años, en 2003, otra eliminación en Turín provocó la primera gran crisis de su mandato: el resultado fue la reafirmación de todos los postulados presidenciales. Primero prescindió de Del Bosque y Hierro; luego fichó a Beckham, un jugador cuyo mayor mérito ha sido disparar los ingresos extraordinarios; y al poco salió Makelele. Así dio por cerrado Pérez el primer terremoto. Desde entonces no volvió a ganar un título. El regreso a Turín, y la reedición del fracaso, prueban que aquellas medidas resolvieron poco. De hecho, el Madrid europeo ha ido en picado: en el curso 2002-2003 cayó en semifinales; en el 2003-2004, en cuartos; y esta vez, en octavos.

Hace tres meses, el presidente le comentó a García Remón: "A mí me haría ilusión ver a Beckham de lateral derecho y a Zidane de líbero". Contra la Juve, Beckham ocupó ese puesto intrascendente que podría ser el de un lateral derecho; Zidane se movió por el medio campo sin más impacto que el de un libero; Owen fue extremo; Figo fue de todo y no fue nada; Raúl lo mismo que Figo; y Ronaldo un fin en sí mismo. Entre todos lograron que Buffon hiciera dos paradas.

El despliegue de rostros famosos ha permitido presupuestar unos ingresos históricos de más de 300 millones de euros para 2005, pero insuficientes para competir con éxito. La entidad ha triplicado sus ingresos desde 2000 y ha logrado dos ligas y una Copa de Europa. Con menos tesorería, en los años precedentes el club obtuvo dos Copas de Europa y una Liga.

Desde hace dos años, el Madrid sufre cuando juega. Ahora se le da mal hasta lo que hacía facilmente: goles. En los últimos seis partidos, entre Raúl y Ronaldo suman uno. Florentino Pérez ha fichado delanteros porque forma parte de su dogma, pero las estadísticas lo traicionan. En la temporada 1999-2000, con Morientes, Raúl, Redondo, Anelka y McManaman, el Madrid logró 7,1 remates por partido y 8,6 jugadas con posibilidad de marcar, de media en Liga de Campeones. Esta temporada, en la misma competición, el Madrid de Ronaldo, Raúl, Figo, Zidane, Beckham y Owen ha logrado 5,3 remates y 7,7 ocasiones por partido. Hay un empeoramiento. Y el coste se ha triplicado. Pagar a Raúl, Morientes, Anelka, Redondo y McManaman en 1999 suponían al club unos gastos de 30 millones de euros por temporada. Hoy, mantener a Ronaldo, Raúl, Zidane, Figo, Beckham y Roberto Carlos supone unos 80 millones.

Con esta carga regresó a Madrid, el jueves de madrugada, el avión de los galácticos y la directiva con Florentino Pérez al frente. En Barajas, ni los operarios del aeropuerto se dejaron ver en busca de autógrafos. El clima entre mandatarios y jugadores tampoco era rampante. En el aire ya circulaban rumores de que el máximo ejecutivo buscaba responsables. Como en 2003. Sólo un vuelco espectacular en la Liga aliviaría el tránsito hacia junio. Esta vez, además, el Madrid no se disputa el título doméstico con el Valencia o con el Deportivo. Se mide al Barça, el rival de toda la vida. Para el madridismo no es igual perder el título ante los azulgrana que ante otro equipo.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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