Quien contamine, que pague

Aquello de quien contamina paga se va quedando anticuado. Ahora habría que empezar a decir: las emisiones son de quien las produce y, en todo caso, de quien las origina. Sobre este asunto quiero hacer algunas consideraciones al hilo de muchas informaciones que sobre el asunto están saliendo en diversos medios de comunicación.

En primer lugar, me dejan perplejo titulares como "Andalucía, más lejos de Kyoto" o "asignación de emisiones por comunidades autónomas". Creo que hay que puntualizar. Y mucho.

Andalucía -como tal- o "los andaluces" no son directamente responsables de todas las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en Andalucía. Si se puede decir, en cambio, que los andaluces dan lugar, son causa o como se quiera decir, de ciertas emisiones como consecuencia de su consumo de electricidad, de combustibles, de cemento, de ladrillos o de cualquier otro producto cuya "fabricación" genera esos gases que modifican el efecto invernadero que nuestra atmósfera ocasiona en la interacción de las radiaciones solar y terrestre con la Tierra.

Por otro lado, hay que considerar que si entendemos por Andalucía a la comunidad autónoma del mismo nombre y la responsabilidad de la misma recae en el gobierno de la Junta de Andalucía, ésta no tiene las competencias para autorizar o negar la instalación de una central termoeléctrica de carbón -Carboneras y Los Barrios, por ejemplo- que son las que más emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producen. Con estas centrales y las que se están construyendo, también en Andalucía, de ciclo combinado con gas natural, aprovechando que el gasoducto del Magreb "pasa por aquí", en el territorio andaluz se generará, además de electricidad de sobra, la cantidad de gases de efecto invernadero que corresponde (total: 18,4 millones de toneladas equivalentes de CO2 al año), con lo cual resulta que, sin comerlo ni beberlo, Andalucía se convierte en una de las comunidades españolas que más contamina. Interesante, ¿no les parece?

Por el lado contrario, la comunidad autónoma de Madrid, por ejemplo, apenas contamina -por esa causa- ya que lo único que hacen los madrileños es consumir "energía limpia" que se genera en otros sitios. No está nada mal. ¡Viva la solidaridad energética regional y las cuentas de emisiones bien hechas!

Por otra parte, las refinerías de petróleo ubicadas en territorio andaluz transforman mucho más petróleo del que los andaluces consumen a través de los productos que se derivan de su tratamiento (gasolinas, gasóleos, propano, butano, etcétera). Más bien, a través de estas refinerías se está soportando en ciertas zonas de Andalucía (Huelva y la Bahía de Algeciras) la contaminación y el impacto que producen (3,7 millones de toneladas equivalente de CO2 y otras "cosillas") para que otros españoles consuman la gasolina, el gasóleo y otros derivados del petróleo "limpios de polvo y paja" sin que, por ello, aparezcan como "generadores de emisiones" y puedan estar considerados como "más próximos a cumplir Kyoto". También es gracioso, ¿no?

Podemos seguir con el cemento, los ladrillos, el papel o el vidrio.

Por supuesto, donde pongo Andalucía pueden poner Extremadura o cualquier otra comunidad autónoma. En un sentido o en el contrario.

Es evidente que la contabilidad general hay que hacerla para toda España y empresa por empresa, como ya se hace en el Plan Nacional de Asignaciones y no por comunidades autónomas.

No me parece mala idea el ir pensando en hacer alguna contabilidad por comunidades autónomas e incluso por municipios siguiendo otro criterio:

Asignemos a los consumos de los habitantes del territorio correspondiente la parte de emisiones de que son responsables, restémosle la cantidad de emisiones que se producen en el mismo territorio y establezcamos unas compensaciones (comercio de emisiones) de unos territorios a otros en función del valor de la tonelada de CO2 equivalente en el mercado nacional o internacional.

De esa manera, la tan cacareada solidaridad regional puede concretarse y no quedar en el limbo de los discursos políticos, como hasta ahora.

No creo que se haga justicia absoluta pero creo que no está mal empezar por algún sitio y este puede ser tan bueno como otro cualquiera.

Dentro de poco habrá que contabilizar las emisiones producidas por los vehículos y las viviendas. El llamado "sector difuso". Vamos a ver cómo se hace la contabilidad.

Valeriano Ruiz Hernández es miembro del Consejo Nacional del Clima y del Panel Andaluz sobre Cambio Climático