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La Ertzaintza detuvo al acusado de matar a una mujer gracias al teléfono que robó

El hombre acusado de estrangular y robar a una ex vecina en el barrio donostiarra de Aiete reconoció ayer los hechos ante el jurado popular, igual que lo hizo en su día ante la Ertzaintza tras ser detenido, dos meses después del crimen. El arresto fue posible gracias al rastreo que la policía autonómica hizo de las llamadas que el acusado realizó desde el móvil que había sustraído a su víctima, según relató uno de los ertzainas que participó en la investigación.

El procesado, J. M. M., de 38 años, declaró que la noche del 16 de septiembre de 2002 acudió en su coche a la plaza de garaje que había estado utilizando desde meses antes. Al oír entrar otro vehículo, se escondió. De él descendió Elisabete Urbieta, de 39 años. Cuando el hombre vio que la mujer se alejaba, se le "cruzaron los cables" y la abordó por detrás para robarle el bolso. Ella empezó a gritar y él la estranguló. Creyendo que estaba muerta, la introdujo en su coche y fue a su casa a robar. Luego, decidió arrojar el cuerpo a un paraje boscoso de Hernani. Al llegar allí, se dio cuenta de que su víctima aún seguía con vida, la remató y tiró el cadáver por un barranco.

El acusado detalló que durante las 24 horas previas al crimen consumió alcohol, anfetaminas, cocaína y éxtasis.

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