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Entrevista:JOAN CLOS | Alcalde de Barcelona | LA CRISIS DEL CARMEL

"No pierdo ambición ni me estoy debilitando"

Blanca Cia

Un millar de vecinos del Carmel llevan un mes fuera de sus casas tras el hundimiento del túnel de maniobra de la ampliación de la línea 5 del metro. Una circunstancia grave que se produce en una ciudad que organizó unos Juegos Olímpicos y que clausuró el Fórum de las Culturas hace apenas medio año.

Pregunta. Barcelona se presenta como una ciudad moderna y cosmopolita, pero se le hunde el túnel del metro y echa de sus casas a más de 1.000 personas. ¿No es un poco contradictorio?

Respuesta. Una cosa es un accidente en la construcción de un metro porque las cosas no se han hecho bien y otra el futuro de la ciudad y la creación de las condiciones para que la población viva mejor. Por supuesto que se tiene que hacer el metro, y ese metro más porque lo necesita el Carmel. Barcelona no puede perder la capacidad ni el empuje para hacer una ciudad del siglo XXI. Precisamente por el bien y el futuro de las personas. En otras ciudades también se producen accidentes en la construcción de túneles y en éste, pese a que es grave porque afecta a mucha gente, no hubo muertos ni daños personales.

"La primera semana hubo cierto desconcierto por parte de la Generalitat, porque nunca habían tenido una crisis así"
"Hay que aprovechar la ocasión no deseada para salir con unas lecciones aprendidas que nos permitan hacer las cosas mejor en el futuro"

P. La crisis ha sido gestionada por el Ayuntamiento y la Generalitat. Se ha intentado transmitir una imagen de buen entendimiento, pero también se han producido algunos momentos de tensión.

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R.La primera semana hubo un cierto desconcierto por parte de la Generalitat, porque nunca habían tenido una crisis como ésta y es un Gobierno nuevo. Cuando se crearon las comisiones mixtas entre las dos administraciones y la Generalitat asumió psicológicamente lo que había ocurrido, las cosas mejoraron. Hay que tener en cuenta que era una obra que no inició la actual Generalitat y cuando pasa esto hay una primera etapa de desconcierto.

P. Regidores y personal del Ayuntamiento de Barcelona expresaron su malestar en más de una ocasión porque no se sentían respaldados por la Generalitat y porque no se les facilitaba información.

R. Insisto en que eso pasó la primera semana. Había un hecho objetivo muy complejo que era gestionar una situación en un túnel que era inaccesible y con la sospecha de que no estaba bien. No había información porque no había certezas. Nadie asumía la responsabilidad de decir nada y cuando se produjo el segundo agujero se generalizó el temor de que hubiera un segundo derrumbe. Los técnicos decían que no era probable, pero nadie asumía la responsabilidad.

P. Pues le acusan de no haber sido muy contundente porque enfrente tiene un Gobierno amigo, otro tripartito.

R. Como argumento es bastante pobre, porque lo que se ha conseguido con el buen entendimiento con la Generalitat ha sido atender a los vecinos y disponer una serie de indemnizaciones y ayudas que no se han dado nunca. Como dice el refrán, obras son amores y no buenas razones. Lo que se demuestra con esas afirmaciones es que la oposición sólo está preocupada por atacar cuando se atraviesa una situación de crisis.

P. La crisis ha puesto de manifiesto un gobierno municipal, más que tripartito, parcelado, con una dedicación desigual.

R. No, tenemos una larga tradición de gobierno y las responsabilidades han sido siempre entrecruzadas: Iniciativa y socialistas más en el trato directo con los vecinos, y Esquerra con los comerciantes. Cada uno ha desempeñado su función sin hacer demagogia ni meterse donde no podía ayudar.

P. Entre la oposición, pero también dentro de su propio partido, se ha criticado su forma de afrontar la crisis.

R. Eso forma parte de comentarios y apreciaciones que son difíciles de objetivar. Lo que interesan son los resultados. En este caso, facilitar la atención y los recursos para los afectados, y a eso me he dedicado, porque es lo que tengo que hacer. Si se refiere a las críticas de Convergència, yo diría que parece que no les interesa que se conozcan el origen del accidente y las condiciones de la obra del túnel, y por eso se centran en la forma de gestionar la crisis. Sin embargo, lo importante es conocer la causa de la crisis y aprender lecciones.

P. También dicen que parecce cansado, que no está centrado en la ciudad...

R. ¿Cansado yo? Pues que me sigan, que vengan detrás de mí, a ver si pueden. Los proyectos que tenemos en marcha son la prueba más evidente de que no renuncio, de que no he tenido una bajada en la ambición de hacer cosas y de que no me voy debilitando. Tenemos un catálogo de cosas en marcha: la llegada del AVE, la transformación de Sant Andreu, el plan de viviendas sociales, la Carta Municipal, la Ley del Área Metropolitana... Los que no tienen cara de cansados es que no trabajan. Y si tengo cara de cansado es porque trabajo mucho, aunque quede mal decirlo. Els cansats fan la feina, dice el refrán.

P. La crisis del Carmel, ¿replantea la obra pública?

R. Sí, claro, hay que hacer las cosas bien, pero ahora no nos podemos pasar al otro lado. Quiero decir que el accidente ha sido grave y que afecta a muchas personas que aguardan poder volver a sus casas. Pero nos tenemos que serenar porque, si no, nos perjudicaremos, en el sentido de que podemos perder la capacidad para hacer una ciudad del siglo XXI.

P. ¿Cómo se pretende reparar el daño global que se ha hecho a un barrio?

R. Igual que ya lo hicimos en Ciutat Vella con un proyecto de reforma integral que lleva años en marcha. El Carmel tiene que dar un salto cualitativo. Habrá que revisar el plan especial y replantearlo todo. Y no sólo en el Carmel, sino que hay que resolver tanto el urbanismo de la parte más baja como la cuestión de las viviendas de la cima de la montaña, donde hay mucha gente que vive desde hace muchos años. En el Raval hubo 1.000 afectados que cambiaron de domicilio.

P. ¿Pasará lo mismo en el Carmel?

R. No, digo que se tendrá que estudiar a fondo para que el barrio dé un salto adelante. Nos tenemos proponer que de esta crisis dolorosa el barrio salga reforzado. Y no sólo el barrio, sino también la ciudad, porque hemos establecido un mecanismo de diálogo y cooperación con la Generalitat que estoy seguro de que será beneficioso con vistas a las grandes infraestructuras de la ciudad. Tenemos el propósito de aprovechar la ocasión no deseada de la crisis para salir con unas actitudes y unas lecciones aprendidas que nos permitan hacer las cosas mejor en el futuro. Es el único consuelo que nos puede quedar tras haber sufrido esta crisis.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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