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Reportaje:

El ahorrador prefiere fondos garantizados

Las entidades bancarias compiten para ofrecer productos que aseguren el capital a costa de una menor rentabilidad

Los productos financieros garantizados continúan siendo los más demandados por los ahorradores españoles, tradicionalmente más interesados por la seguridad que por la rentabilidad de su dinero. La inestabilidad de las bolsas en los últimos años, junto con la caída de los tipos de interés, han cambiado el panorama del ahorro hacia una mayor seguridad.

La proliferación de productos financieros garantizados en el mercado español es un fenómeno casi único en Europa, que indica tanto la evitación de riesgos como la baja cultura financiera de la mayoría de los ahorradores, que ponen la seguridad de su dinero por encima, incluso, de la rentabilidad.

Últimamente existen en el mercado productos que garantizan el 100% del capital y una rentabilidad en pagos trimestrales
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La caída de los tipos de interés tras la incorporación de España a la UE no ha llevado el mismo ritmo que el descenso de la inflación, lo que ha abierto una brecha demasiado amplia entre la rentabilidad teórica de los productos financieros y su rentabilidad real.

Los depósitos a plazo fijo, durante años los preferidos por los ahorradores, comenzaron a ofrecer rentabilidades reales, deferencia entre la rentabilidad del producto y la tasa de inflación, negativas, fenómeno que coincidió en el tiempo con el arranque del llamado "capitalismo popular" y que llevó a la Bolsa a un buen número de ahorradores.

Los vaivenes de la Bolsa en los últimos años provocaron pérdidas que se reflejaron también en los fondos de inversión, por aquel entonces la mejor alternativa a los depósitos a plazo, forzaron la salida de los ahorradores más conservadores y plantearon la necesidad de productos diferentes.

Los fondos garantizados fueron la respuesta ideal para aquellos ahorradores que buscaban una inversión sin sobresaltos, pero ni siquiera estos productos son capaces de ofrecer una rentabilidad segura, lo que ha favorecido la aparición de productos alternativos que buscan la captación de pasivo barato a cambio de tranquilidad, y rentabilidad casi nula.

Cierto riesgo

La garantía que ofrecen la mayoría de los productos financieros se refiere exclusivamente al capital, y en el supuesto de que se mantenga durante el plazo de vencimiento de la garantía. Suelen estar referenciados a índices o cestas de valores, es decir, que invierten el dinero en la Bolsa, lo que no impide que exista un cierto riesgo si baja el precio de las acciones, y suelen penalizar al ahorrador que cancela su participación con antelación a la fecha de vencimiento.

Estos planteamientos, aparentemente tan sencillos, dan lugar a un sinfín de combinaciones que figuran en la llamada letra pequeña de los folletos y que, en ocasiones, los convierten en un auténtico galimatías indescifrable para la mayoría de los ahorradores. Es fácil que un ahorrador se encuentre con un fondo que le ofrece una retribución del 2,75% TAE para el 50% de la inversión y el otro 50% al 2,75% más el 75% de la revalorización media del Ibex 35. La parte contratante de la primera parte.

El nivel de riesgo de estos productos, aparentemente limitado a las posibles rentabilidades, a veces se complica con la letra pequeña y un fondo que declara un perfil de riesgo muy bajo puede añadir unos párrafos más atrás que tiene previsto utilizar instrumentos financieros derivados no contratados en mercados organizados de derivados, lo que conlleva riesgos adicionales, como el de que la contraparte incumpla, dada la inexistencia de una cámara de compensación que asegure el buen fin de las operaciones.

Con todo, las entidades financieras afinan cada vez más en los productos, más por cuestiones de competencia entre ellas que por exigencia de los ahorradores. Últimanente hay en el mercado productos que garantizan el 100% del capital y una rentabilidad en pagos trimestrales. BBVA en sus fondos Plan Rentas 2010B y Plan Rentas 2007 E garantiza una TAE del 2,15% y del 1,49%, respectivamente, para aquellos que suscribieron el producto antes del pasado día 4 de febrero. Después de esa fecha hay una comisión de suscripción del 5%. Estos fondos tienen liquidez diaria a precios de mercado sin comisión de reembolso.

El Banco SCH apuesta fuerte por el Fondo Superselección Acciones, que en su primera versión ha captado 2.000 millones de euros. Este fondo invierte en una cesta de acciones de nivel internacional y garantiza el 100% del capital al vencimiento, junto con el 70% del posible incremento medio porcentual de los valores. La fórmula para calcular ese incremento medio es "la diferencia entre el valor final de la cesta y su valor inicial dividido por el valor final, donde el valor final es la media aritmética de los valores medios mensuales de la cesta".

Tan barroca ingeniería financiera es común a la mayoría de los productos garantizados, lo que no impide que el 77% de los consumidores de productos financieros demanden productos garantizados para salvar, al menos, el capital. A finales de febrero el patrimonio de los fondos garantizados alcanzaba los 55.000 millones de euros, según datos provisionales de Inverco, y de éstos, algo más de 40.000 millones estaban en renta variable, la única opción creíble de obtener rentabilidad, sobre todo en un momento en el que la Bolsa mantiene una racha alcista.

Los fondos garantizados cuentan con 2,1 millones de partícipes, representan el 27% del total de los fondos de inversión y su patrimonio ha registrado un crecimiento del 11% en los últimos 12 meses, lo que es una buena prueba de su aceptación entre el público.

La novedad

El último producto en llegar al mercado procede del Banco ING Direct, cuyos responsables han intentado resolver las múltiples complicaciones de la letra pequeña de la competencia. La figura elegida es la de un depósito, en esta caso el Depósito Naranja Garantizado a 25 meses, que combina la fiabilidad de los fondos con las ventajas fiscales de las inversiones a más de 24 meses. Este depósito garantiza el 100% del capital al vencimiento, con un 40% de la posible revalorización del Ibex 35 en 25 meses, calculada como la diferencia entre el valor del Ibex 35 al final del periodo y su valor inicial. En línea con otros productos del Banco, no cobra comisiones por cancelación total o parcial, aunque ésta ha de ser trimestral y la posible rentabilidad a cobrar se reduce al 10% de la subida del Ibex 35. Los beneficios obtenidos en un plazo de más de 24 meses tienen una bonificación fiscal del 40%, es decir, sólo tributa el 60%. Las comisiones por gestión y depósito son del 1% en total. La elección de la figura del depósito frente a la del fondo de inversión se debe a los menores gastos que conlleva el depósito y que evitan su posterior traslado al cliente.

Los depósitos a plazo que buscan esta bonificación fiscal también existen, pero habitualmente sus rentabilidades apenas superan el 2%, lo que significa que con una inflación del 3,3% el dinero invertido a dos años pierde más de dos puntos de poder adquisitivo.

En el mercado también hay depósitos a plazo de un mes, con rentabilidad anual del 6%, pero se consideran un simple reclamo para atraer clientes que luego suscriban otros productos de la entidad.

La pugna entre las entidades de crédito para ofrecer el mejor fondo a sus clientes se ha dado hasta ahora más en el tipo de activo en que se invierte el dinero que en la reducción de gastos, pero la aparición de una línea de competencia en esa dirección puede significar un cambio de actitud que terminará favoreciendo a los ahorradores. Cuando las rentabilidades que ofrecen los productos garantizados están tan limitadas, cualquier beneficio que alcance al inversor, por pequeño que sea, es todo un mundo.

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