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La Fundación Tàpies repasa la relación entre las culturas andaluza y catalana

Desacuerdo en torno al flamenco y otras manifestaciones culturales andaluzas habituales en Cataluña, como la Feria de Abril o los festivales de sevillanas. ¿Pastiche o autenticidad? La Fundación Antoni Tàpies acogió ayer un coloquio, titulado Escena andaluza, cultura popular y resistencia política, en el que se pusieron sobre la mesa dos visiones opuestas: teoría contra experiencia.

El ámbito universitario estuvo representado por Clara Parramon y Juana Ibáñez. Parramon defendió que en las peñas flamencas fundadas en los años setenta por los inmigrantes andaluces -establecidos en barrios periféricos barceloneses- se mezclaban las propuestas lúdicas, centradas en la música, con la lucha antifranquista. Además, destacó que en el centro histórico de la ciudad se crearon relaciones fértiles entre artistas vanguardistas andaluces y catalanes. Entre otras, citó la eclosión subversiva del pintor Ocaña.

Ibáñez fue contundente sobre la categoría en la que se debían incluir esas manifestaciones culturales de los inmigrantes andaluces: "Deben catalogarse como expresiones culturales catalanas, aunque sean de origen andaluz. Son manifestaciones autóctonas porque se han recreado en un contexto distinto del que nacieron". Como ejemplo, señaló las procesiones de Semana Santa de L'Hospitalet de Llobregat, en las que ni se bendicen los pasos, ni van acompañados de curas. "¿Es eso propio de la Semana Santa sevillana?", se preguntó retóricamente.

A juicio de Lluís Cabrera, del Taller de Músics, y Nazario -ambos inmigrantes andaluces-, todo lo contrario. Cabrera negó la vinculación con la izquierda de las peñas flamencas y de las casas regionales, con la excepción de la Peña Enrique Morente de Nou Barris. Para él, la Feria de Abril no fue más que un invento del nacionalismo para captar los votos de los andaluces afincados en Cataluña. "Remedos como el Rocío catalán son de lo más reaccionario. Lo mismo que en Andalucía, por cierto", apostilló Nazario. "Perpetúan con patetismo los estereotipos de la pandereta", concluyó Cabrera.

El debate era uno de los actos de Inflamable II -cuyo comisario es Pedro G. Romero-, un ciclo de películas andaluzas rodadas en la transición y los primeros años de la democracia. Las sesiones, de entrada libre, se realizan en el auditorio de la Fundación Tàpies (www.fundaciotapies.org) hasta el día 20 de marzo. Esta tarde (18.00 horas) se proyecta una de las curiosidades del ciclo, el filme Rocío, de Fernado Ruiz de Vergara. La película fue censurada, y su director condenado a dos años de cárcel, porque una familia se vio acusada de los asesinatos cometidos en la Guerra Civil en un pueblo andaluz.

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