Una delicia tras otra

En dos ocasiones a lo largo del XIII Liceo de Cámara se ha contado con la voz y en las dos ha sido curiosamente de la mano del cuarteto Artemis. Al principio de curso fue el cantaor Arcángel con un estreno de Mauricio Sotelo, y anteayer ha sido la adorable soprano Juliane Banse en dos obras a ella dedicadas de Jörg Widmann (2005) y Aribert Reimann (1996).

Widmann es, además de clarinetista, un compositor de mucho fuste a sus poco más de 30 años. Se pudo comprobar en el último Festival de Salzburgo, donde fue "compositor en residencia" (nada menos que junto a Kurtág) y sus obras se programaron en media docena de conciertos. El cuarteto con soprano escuchado en Madrid ha sido un encargo coproducido por la WDR de Colonia, la BBC de Londres y el propio Liceo de Cámara de Madrid. El acierto ha sido pleno. Es, según el propio compositor, un "ensayo sobre la fuga", sobre unos textos del Eclesiastés que hacen referencia a Vanitas vanitatum. La interpretación fue extraordinaria. El cuarteto está en un punto de madurez que le lleva a situarse en la cabeza de las nuevas generaciones y la soprano cautivó con su arte de encantamiento inspirado en una tradición que se alimenta de Schubert o Mendelssohn.

Revalidaron la magnífica impresión en ... oder soll es Tod bedeuten?, ocho lieder y un fragmento a partir de poemas de Heine para Mendelssohn. El juego de las líneas melódicas vocales con los intermedios contemporáneos para cuerda entre canciones es realmente atractivo, sobre todo con el lujo de una interpretación de calidad que se manifiesta en el buen gusto, en la musicalidad. Las asociaciones puedan llevar a la atmósfera de la Schubertiade de Schwetzingen, lugar donde se estrenó la obra por encargo del Festival. Una deliciosa versión del Cuarteto número 2, opus 13, de Mendessohn abrió la velada. El lied en que se inspira uno de sus temas la cerró. Fue una tarde deliciosa.