El doblete insólito de Reyes Estévez

Reyes Estévez tiene alma de millero, es un aristócrata de la distancia, de esos que consideran un orgullo el mediofondo y un desdoro, un síntoma de pérdida de facultades, el paso a distancias superiores. Así que llegadas las vísperas del Europeo de Madrid, el cosquilleo de la competición, el ansia por correr la distancia que le ha hecho grande, Estévez llamó a su entrenador, Enrique Pascual.

"Quiero correr también el 1.500", le dijo, y no se apeó de su idea pese a que ello suponga cuatro carreras en tres días: serie de 3.000 hoy a las 10.55, serie de 1.500, hoy a las 19.20, final del 3.000, mañana a las 20.15 y final del 1.500, el domingo a las 19.15. Todo un atracón, un programa de velocista, que puede ser peligroso para un atleta que, como Estévez, sufre para regular el gasto en las series previas de los campeonatos.

"Surgió de él y nos hemos echado para adelante, pero sin olvidarnos de que el verdadero objetivo son los 3.000 metros", dice Pascual. "Luego, si en el 1.500 es capaz de aportar algo, una medalla, eso que tendrá ganado".

En 1.500, dado su nivel de preparación y de entrenamiento, Estévez y Pascual consideran prácticamente imposible ganar al ucranio Ivan Heshko, una máquina imposible. "A Estévez le apetecía el 1.500 por encima de todo, pero yo le dije que era un error, que en un campeonato hay que ir a por medalla, y cuanto más alta, mejor. Y el 1.500 va a estar mucho más competido". Ningún atleta en el historial de los Europeos en pista cubiera ha logrado ganar ambas pruebas en un mismo campeonato, aunque algunos, como José Luis González, lo han hecho en ediciones diferentes.

"Con este programa puede que llegue mermado a la final de 1.500, pero al ser la última prueba no es mayor problema", dice Pascual. "Para el 3.000, su gran objetivo, no le afectará en exceso, ya que el 1.500 del viernes no será muy duro. Además, con la idea de Reyes cumpliremos un objetivo educativo, para que aprenda a regular mejor sus esfuerzos a lo largo de un campeonato".