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Reportaje:ATLETISMO | Campeonatos de Europa en pista cubierta Madrid 2005

Atletismo grande en el Palacio

Las aspiraciones españolas se miden con la llegada de una nueva generación europea

Carlos Arribas

Hace un año justo, el atletismo español regresó del Mundial en pista cubierta de Budapest sin una mala medalla que llevarse a la boca. Fue la gran decepción. Una generación de atletas acostumbrada al éxito parecía acabada. Condenada. Los Juegos de Atenas, las medallas de Paquillo Fernández y Joan Lino Martínez, apenas hicieron algo para cubrir la sensación de desgaste.

Llega marzo de 2005, se comprueba que Alberto García sigue sancionado, que Marta Domínguez y Yago Lamela siguen lesionados, llegan los Europeos de Madrid y, sin embargo, y pese a todas las premisas negativas, una ola de optimismo desbordado invade al atletismo español. La misma generación cansada, las mismas figuras lesionadas o fuera de combate, los mismos defectos, y, sin embargo, atletas y federativos compiten en las porras para ver quién acierta con más medallas, las delacraciones de las figuras rebosan de seguridad, el podio parece cosa hecha...

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Del negro al blanco en un suspiro. Sin matices grises. "Once medallas", dice David Canal. "Ocho o nueve", afina, Jiménez Pentinel, que se sobrepone como puede a los altibajos de salud. Todo es alegría.

En el Memorial Cagigal, hace una semana, en la misma pista del Palacio, media docena de atletas, el núcleo duro del equipo español, mostró, simultáneamente, en 45 minutos magníficos, una fuerza competitiva, un nivel de forma, que recordaban a la dinámica de éxito, la sensación de que todas las victorias eran posibles, que se vivió en 2002, en los Europeos de Viena, en pista cubierta, y en Múnich, al aire libre. Ruth Beitia, que siempre está a punto de dar el gran salto, que sufre cuando más se espera de ella, ganó a la rusa Chicherova, la número uno de la temporada. Mayte Martínez tuteó de nuevo a la inalcanzable Mutola. Manolo Martínez hizo el pino tras lanzar cómodamente por encima de los 20 metros. Joan Lino Martínez volvió a pasar de los 8 metros. Carlota Castrejana no se inhibió ante la cubano-italiana Magdelín Martínez, Reyes Estévez mantuvo el tipo en el 1.500. Canal pudo reservarse en el 400 porque el domingo anterior ya había acabado con la pesadilla que le impedía bajar de 46 segundos. Felipe Vivancos por fin cazó a Moracho, los 6,60s en los 60 vallas. Glory Alozie también floreció en el momento justo y aunque Concha Montaner siguió baja en el salto nadie duda que sus ganas de comerse el mundo la pueden llevar en Madrid hasta longitudes nunca tocadas.

Los españoles están seguros y si esta afirmación antes se podía interpretar como síntoma de que no habría apenas competencia internacional, en esta ocasión es errónea. Pocos de los atletas europeos que serán protagonistas del Mundial de Helsinki están ausentes del Europeo. Incluso, como suele suceder con la pista cubierta, en la que un tal Borzakowski, de 19 años entonces, se reveló al mundo en Gante 2000, por ejemplo, una nueva generación de atletas empezarán a hacerse hueco en las mitologías de los aficionados. Desgraciadamente, ninguno de los jóvenes que llegan es español.

Habrá un par de franceses, Roland Pognon, de la Martinica, alto y esbelto, de 22 años, que ha corrido los 60 metros en 6,45s y puede, con la ayuda de la rapidísima pista madrileña, y la altura de 640 metros de la capital, bajar de los 6,40s, entrar en competencia con los americanos. Y estará Ladji Doucouré, de 21 años, la nueva perla de las vallas que ya se dio a conocer en los Juegos de Atenas.

Y si las figuras de gran fama parecen escasa entre los hombres, y si Heshko apenas tiene appeal fuera de su eficacia, o si al sueco Holm le sucede algo similar, pese a ser campeón olímpico de salto de altura, con las mujeres no sucede lo mismo. Estarán en Madrid la sueca Klüft, la heptatleta reina de los Mundiales de París, la rubia campeona en Atenas. Y estará la francesa Arron, que llegó a ser reina de la velocidad mundial. Y, volando por encima de todas, estará la rusa Isinbayeva, la mejor atleta de 2004, la mujer que llevará a la pértiga a alturas desconocidas.

Todos ellos, los jóvenes, las figuras, los españoles, prometen lo mismo: tres días de atletismo grande en el Palacio.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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