Carod y Piqué culpan por igual a Maragall y Mas de la crisis política

Los líderes de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod, y del PP catalán, Josep Piqué, mantuvieron ayer una inesperada entrevista cuyo resultado arrojó más puntos de encuentro que de desacuerdo. Tras más de una hora de intercambio de opiniones, ambos dirigentes coincidieron en culpar por igual de la actual tormenta política al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y al líder de la oposición, el convergente Artur Mas.

Aunque en el comunicado de los dos partidos se omiten las razones de esta crítica, tanto Carod como Piqué consideran que el presidente lanzó una acusación de corrupción careciendo de pruebas y el jefe de la oposición, por su parte, amenazó con bloquear el consenso sobre el Estatuto de Autonomía si Maragall no rectificaba sus palabras.

Piqué y Carod acordaron conjurarse para que la crisis no perjudique la redacción del nuevo Estatuto catalán ni tampoco a la consecución de un nuevo sistema de financiación autonómica. También alertaron contra un hipotético pacto entre socialistas y convergentes para cerrar en falso la comisión de investigación parlamentaria y subrayaron que, lo esencial, es recuperar "la confianza de los ciudadanos en las instituciones" y situar la "tragedia del Carmel como prioridad política".

Por su parte, el presidente catalán aseguró ayer en Montevideo (Uruguay) que la elaboración del proyecto de reforma del Estatuto seguirá el calendario y los trámites previstos y que a finales de abril o en la primera quincena de mayo espera poder mantener una reunión con los líderes de las fuerzas políticas catalanas; esa es la reunión a la que de momento no piensa asistir el líder de la oposición, Artur Mas, mientras no haya recibido de Maragall las satisfacciones que le reclama, informa Francesc Valls.

Comisión de investigación

Ayer, la totalidad de dirigentes catalanes subrayó la necesidad de que la vida política catalana recupere la normalidad y que la crispación no afecte a la redacción del Estatuto. Así se pronunció también el presidente andaluz, Manuel Chaves, o el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla.

Los dirigentes políticos catalanas subrayaron que las presuntas corrupciones deben despejarse en la comisión de investigación que, a tal efecto, se constituirá el viernes en el Parlamento de Cataluña, tal como aprobó ayer la Junta de Portavoces. La comisión estará compuesta por dos diputados de cada grupo y sus decisiones deberán ser aprobadas por una mayoría de tres quintas partes, es decir, que se necesitará el concurso obligatorio tanto de CiU como del PSC.

Esquerra Republicana presidirá, con toda probabilidad, esta comisión. Pero el Partido Popular de Cataluña también aspira a presidirla. "Quizá los únicos neutros seamos nosotros", afirmó su portavoz parlamentario, Francesc Vendrell.