Una empleada de Deloitte estuvo en la planta 21ª del Windsor hasta las 23.00 del sábado
La trabajadora admite que fumó en el despacho, pero dice que apagó los pitillos en un cenicero
Una empleada de la consultora Deloitte estuvo trabajando en la planta 21ª del edificio Windsor hasta las once de la noche del sábado, 12 de febrero, es decir, hasta minutos antes de que las alarmas avisaran de que en ese piso se había desatado el incendio que finalmente consumió la torre. La mujer declaró el jueves ante la policía, que había requerido a la consultora los nombres de los trabajadores del despacho donde comenzaron las llamas y de los dos anexos. La empleada ha admitido que estuvo fumando en el despacho y que el último pitillo lo apagó en el cenicero una media hora antes de marcharse.
El edificio Windsor no estaba tan vacío en la tarde-noche del sábado del incendio como inicialmente se pensaba. Además de los cuatro vigilantes de Prosegur, ya se sabe que al menos había una traductora en la planta 9ª (Rosemary Caroline que salió del edificio al oír por la megafonía las instrucciones de evacuación) y una empleada de Deloitte en la planta 21ª, que asegura que abandonó el inmueble a las once de la noche. Las fuentes consultadas no han concretado si esta última utilizaba en solitario el despacho en el que, según el testimonio de los vigilantes y de los bomberos, se desataron las llamas.
Los investigadores ni siquiera están convencidos de que esta mujer trabajara en el despacho en el que se originaron las llamas, ya que cuando les pidieron a los vigilantes que concretaran sobre los planos del edificio el punto de origen del fuego sus declaraciones fueron muy imprecisas. Inicialmente incluso se equivocaron al señalar la fachada.
La mujer, llamada Eva, compareció el jueves ante la Brigada Provincial de Homicidios de Madrid, encargada de las pesquisas. Las fuentes consultadas aseguran que la declaración se produjo después de que se solicitara a la consultora el listado de trabajadores que utilizan los tres despachos de la planta 21ª en los que se calcula que empezó el fuego, a fin de tomarles testimonio.
La empleada le contó a la policía que su despacho es uno de los de la planta 21ª que da al paseo de la Castellana, es decir, en la fachada en la que comenzó el fuego. Esa zona del edificio ha desaparecido como consecuencia del derrumbamiento ocurrido ya en la madrugada del domingo. En su relato ante la policía, aseguró que la habitación en la que trabaja tiene el mobiliario clásico de una oficina, con moqueta, materiales sintéticos...
Alguien en la fotocopiadora
El día en que se desató el incendio llegó a la torre sobre las cuatro de la tarde y estuvo trabajando hasta las once de la noche, es decir, hasta entre un cuarto de hora y 30 minutos antes de que se desatara el fuego (los vigilantes aseguran que la alarma saltó a las 23.15). Eva aseguró que en todo momento estuvo sola en la planta, aunque a una hora de la tarde que no puede precisar pudo observar junto a un fotocopiadora a un hombre al que nunca había visto. Nada extraño, ya que 1.200 empleados de Deloitte trabajaban en el Windsor, repartidos por 20 plantas. No obstante, cree que pertenecía al departamento "de productos y servicios".
Según su declaración, mientras estuvo en el despacho no vio nada de fuego, ni humo y ni siquiera percibió olor a quemado. Lo que sí admite es que estuvo fumando en el despacho, aunque no recuerda con exactitud el número de pitillos. La mujer ha manifestado que el último se lo fumó como una media hora antes de marcharse del despacho. En su declaración precisa que en todo momento utilizó un cenicero, donde, asegura, tuvo cuidado de apagar bien los cigarrillos.
La empleada de Deloitte salió del despacho sobre las 23.00 y lo cerró con llave. Los vigilantes del edificio han declarado que cuando subieron a comprobar si la alerta de incendios en la planta 21ª era cierta, vieron a través de un cristal que en un despacho que estaba cerrado con llave había fuego y humo en su interior.
La trabajadora ha afirmado que, tras cerrar el despacho, bajó hasta la salida en uno de los ascensores de la torre y salió por la zona de seguridad, utilizando una tarjeta personal, individualizada con su foto, y que saludó al guarda de seguridad que estaba de turno. Justo a las 23.00 se hizo cargo del control de accesos el vigilante Javier L., que hasta entonces había estado haciendo rondas y en el control de cámaras del sótano.
Las fuentes policiales consultadas aseguran que esta declaración arroja algo más de luz sobre el caso, pero tampoco permite concretar el origen del fuego ni precisar que pudiera haberse iniciado con un cigarrillo. Los investigadores confían en que dentro de un par de semanas el asunto esté más claro. Será cuando terminen el volcado y análisis de los discos duros de los ordenadores que controlan los accesos y las alarmas del edificio.
La policía no ha descartado ninguna hipótesis sobre el origen del fuego, pero se inclina a pensar que fue un accidente. Lo que les está dando los mayores quebraderos de cabeza es el vídeo grabado por un matrimonio de Reus (Tarragona), en el se pueden apreciar dos siluetas que parecen estar en el interior del edificio siniestrado.
Bomberos en el edificio Estrella
Las siluetas grabadas en vídeo por un matrimonio catalán en el interior del Windsor aún no tienen una explicación oficial -ni mucho menos científica-, pero la mayoría de los cuerpos que investigan el siniestro se inclinan a pensar que son un reflejo, sin descartar otras posibilidades.
La policía ha subido a las plantas en las que supuestamente estaban los dos intrusos, ya conocidos como los fantasmas del Windsor. Desde allí ha tomado imágenes de los edificios que se interponen entre la casa donde estaban apostados los videoaficionados y el rascacielos abrasado y han calculado ángulos. Todo para tener más elementos de juicio a la hora de analizar la cinta original del vídeo de las sombras, que ayer tarde ya llegó a sus manos pero no han destripado.
Lo que ya saben con seguridad es que, entre las tres y las cuatro de la mañana del domingo, cuando fue grabado el vídeo, en el edificio Estrella, con fachada de cristal y aluminio, había bomberos revisando el interior del edificio y refrescándolo en el exterior.
Este edificio se halla a mitad de camino entre la calle del General Moscardó, donde se sitúa la terraza donde estaba el matrimonio de Reus (Tarragona), y el edificio Windsor. Los bomberos encendieron luces y utilizaron sus linternas dentro del Estrella. Es por este motivo por el que los investigadores creen que pudo ser un reflejo del edificio Estrella.
La policía admite que el caso de las dos sombras misteriosas "es realmente raro", pero tampoco lo consideran vital para averiguar las causas del voraz fuego. Más bien opinan que el total esclarecimiento del misterio servirá "para tranquilizar a la ciudadanía".
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