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El Gobierno quiere implantar revendedores de telefonía móvil

El objetivo de Industria es forzar la reducción de las tarifas

Ramón Muñoz

El Gobierno quiere forzar la rebaja de las tarifas de los móviles a toda costa, aunque éstas estén liberalizadas. Para ello pretende impulsar los operadores móviles virtuales (OMV), compañías que se dedican a revender tráfico telefónico al no disponer de red propia, garantizándoles unas tarifas mayoristas que rentabilicen su actividad. Se trata de aumentar la competencia de un mercado que se disputan tres compañías.

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Una llamada desde un teléfono móvil puede ser hasta cinco veces más cara que la misma llamada realizada desde un teléfono fijo. El Gobierno quiere invertir esa tendencia, dado el creciente peso del móvil en el índice de precios. Pero tiene pocas armas para hacerlo porque, a diferencia de lo que sucede con la fija, las tarifas del móvil no están reguladas. Por eso, estudia resucitar los OMV. Estas compañías desconocidas en España, ya operan en otros países, con especial éxito en el Reino Unido (Virgin Mobile) y países nórdicos (Tele 2, Song Networks, PG One y ACN). El negocio de estas empresas es comprar al por mayor minutos y servicios telefónicos a los operadores establecidos y revenderlos a sus clientes. De paso, aumentan la competencia, y fuerzan una bajada de tarifas.

En España la existencia de los OMV -como Affinalia, Abbla Mobile, Primus, Vallehermoso Telecom o Avirón- está regulada desde 2002, pero no han tenido éxito, porque las compañías establecidas (con red propia) no han permitido su entrada. El principal problema está en que dicho negocio depende fundamentalmente de las tarifas que les cobren Telefónica Móviles, Vodafone y Amena por usar su red, y, según la legislación actual, estas tarifas dependen de la libre negociación entre las partes.

El Ministerio de Industria estudia introducir unas tarifas máximas mayoristas, similares a las que rigen las relaciones entre Telefónica de España y el resto de compañías de telefonía fija, lo que daría margen a estas OMV y forzaría una mayor competencia.

Pero si esta propuesta sigue adelante se puede poner en pie de guerra a todo el sector. Los operadores actuales señalan que con este modelo se desincentivará la inversión, puesto que estas empresas no tienen red, y se desatará una guerra de precios artificial en detrimento de la calidad y los nuevos servicios. Argumentan que las OMV centran su oferta en minutos de voz baratos en el mercado de prepago, sin subvención del terminal. Este modelo, junto con un número reducido de empleados, una inversión casi nula, la externalización de la mayor parte de actividades y un canal de ventas on line, les permite mantener los costes muy bajos. Por eso, tratan de convencer a Industria de que ya se ha producido una reducción de tarifas: de las llamadas de voz del 22,2% entre enero de 2000 y diciembre de 2003, y que el conjunto de servicios se ha reducido en un 14,9% en los últimos cuatro años. En España, tanto el precio del minuto facturado (0,26 euros) como la factura mínima (19 euros al mes) se sitúan en el promedio europeo.

Además, indican que la mejor prueba de que existe competencia es que sólo en enero un total de 313.807 usuarios se portaron de compañía, lo que supone un aumento del 24,4% respecto a diciembre y récord en la historia de la portabilidad, facilidad que permite cambiar de operadora manteniendo el mismo número.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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