Poca información y vocación europeísta

La sociedad valenciana vota tradicionalmente por encima de la media española. Y esa tendencia se repetió ayer en el referéndum sobre el Tratado por el que se aprueba una Constitución europea, a pesar de la notable abstención. Independientemente del sentido de su voto, la mayoría de los consultados a la salida de varios colegios electorales de Valencia coincidían en que no habían recibido suficiente información; una parte criticaba lagunas en el texto y, salvo excepciones, todos se definían como europeístas.

En el colegio Carles Salvador, barrio de Benimaclet, Rafa, arqueólogo, de 31 años, aseguraba haber votado sí. Con reservas: "Porque me gustaría que fuera más progresista: en el terreno social, en el laboral, respecto a los inmigrantes... Y que fuera menos neoliberal".

En Castellón optó por el 'sí' un hombre que no votaba desde la consulta de la OTAN

Y su pareja, Viqui, 29 años, también arqueóloga, explicaba junto a él su no prácticamente con los mismos argumentos: "Creo que está demasiado orientada a los temas económicos y que es escasa en los aspectos sociales. Por eso he votado que no, aunque soy europeísta. No es un no a la Unión Europea, sino al tratado, que se puede mejorar".

Y añadía: "Creo que los partidarios del no se han explicado mejor. Los del sí han hablado muy en general. Han ido poco al grano".

María José Redolet, 56 años, trabajadora de UGT, decía poco antes de votar sí en el barrio de L'Olivereta: "Quedarnos fuera sería una tontería. Puede que le falten cosas, pero respeta las constituciones de todos los países, donde ya se reconocen. Y no creo que sea una decisión inamovible. El camino es ir hacia adelante".

Entre los votantes del no, Pablo Moisés, 24 años, montador de cámaras frigoríficas, afirmaba: "Teniendo España una Constitución no sé para que necesitamos otra. La verdad es que tampoco estoy muy de acuerdo con la UE".

Vicente, jubilado y categórico, daba su opinión a las puertas del instituto Lluís Vives: "Hemos perdido votos y capacidad de decisión. Esto es un desastre". Y una señora mayor, rodeada de su familia, reconocía haber construido un razonamiento complejo: "Yo estoy conforme con la Constitución y con Europa. Pero no con otras cosas. Y por eso he votado que no". ¿Con qué cosas no está de acuerdo? "Pues mira, con Zapatero".

La simple observación y el relato de los interventores coincidían en que ayer se acercaron a las urnas pocos nuevos votantes. "Hasta ahora han venido muchos jubilados. Gente joven, nada", decía, casi a las dos de la tarde, el responsable de una mesa en el barrio de Orriols.

A punto de entrar en ese mismo colegio electoral, el profesor Agustín, de 31 años, decía: "Voy a votar en blanco porque creo que no hemos recibido la información necesaria. Creo que las cosas se deben hacer de otra manera, y que es responsabilidad de los políticos". Agustín agragaba: "He venido a votar porque es un derecho que se tiene que ejercer, quedándose en casa no se consigue nada. Ya estuvimos bastante tiempo sin poder votar".

La opinión de Conchita Peteira, limpiadora, nacida en Asturias hace 35 años y residente en Orriols., resume muchas de las declaraciones de quienes ayer se inclinaron por el sí: "No he leído la Constitución. Sólo conozco lo que he visto en la televisión y en algún periódico. Pero creo que hay que estar a favor, que será bueno. Estando juntos las cosas se hacen mejor".

Y la opinión de Paquita, jubilada, del mismo barrio, la completa: "Tenemos la esperanza de que [la Constitución] sea para bien. Pero tenían que haberla explicado mejor. Enviar un ejemplar a cada casa no, porque hubiera costado una fortuna, pero podrían haberla dejado expuesta en sitios".

En Castellón, informa María Fabra, un hombre que asegura sentir un profudo desapego por los políticos y no haber votado desde el referéndum de la OTAN, en 1986, explicaba haberse acercado a votar sí en esta ocasión: "Me gusta todo lo que sea sumar. Y la idea de que un italiano o un polaco sean iguales que yo".