Llamamiento (II)
(Continuación de La crónica publicada el 14 de febrero de 2005 sobre 'El desconocido payaso de Barcelona', de Joseph Roth).
El mismo lunes, a media tarde, escribió el economista Pau Rojas, de 24 años y suscriptor del diario: "La foto a la que hace referencia Joseph Roth podría ser una en la que aparecen, efectivamente, un payaso y unos niños riendo y que se expone, hasta mediados de abril, en la retrospectiva que le dedica el Museo Martin-Gropius-Bau de Berlín a Robert Capa. De esta misma serie existe una foto publicada en Heart of Spain-Robert Capa's photograhs of the Spanish Civil War en la que aparecen niños riendo, pero ningún payaso, que puede encontrarse en www.magnumphotos.com". Algo más temprano habían llegado las reflexiones de Eduardo Gil Bera, traductor del artículo de Roth: "No sé qué pensar. Desde un principio me dio la impresión de foto vista, vamos, como si fuera yo el que la había visto, blanco y negro, muy blanco y muy negro. No es fácil saber qué periódicos podría haber visto Roth aquellos días en el bar del hotel de la Poste, en la rue de Tournon 18, sexto arrondissement, a una pedrada escasa del Luxemburgo, 'sa Republique de Tournon'. Bronsen y también Morgenstern cuentan que escribía rodeado de gente. Da la impresión de que tiene el dichoso periódico encima de la mesa, también puede ser que esté en la mesa de al lado y alguien se lo muestre o lo comente, o, en fin, que el periódico remita a su vez a otro que diz que trae la foto. Qué sé yo, los papeles y las fotos de Roth fueron a parar a su traductora Blanche Guidon y luego pasaron a manos de su primo Fred Grubel. Hoy están en el Leo Baeck Institute Center for Jewish History. Y también hay cosas suyas en Schiller-Nationalmuseum Deutsches Literaturarchiv, pero no sé si hay alguna posibilidad de que la foto del payaso de Barcelona esté allí. Digamos que fue bonito buscarla".
El martes llegó un correo de Nuria Álvarez, estudiante de arquitectura en Berlín: "¡No cabe duda de que es la foto que está buscando!"
El joven economista volvió a escribir en la madrugada del día siguiente: "Si necesitara confirmar mi recuerdo de la exposición, conozco a alguien que reside en Berlín actualmente y que estaría encantada de volver a la exposición y dar fe de la existencia de la foto. Se llama Nuria Álvarez". Nuria tiene 21 años, estudia arquitectura en Berlín y goza de un Erasmus. El tiempo libre le está devolviendo la motivación perdida por su carrera. Hace 15 días el joven economista llegó a Berlín y pasaron unos días felizmente juntos. El último decidieron ir a ver Capa Retrospektive. Fue una visita rápida, pero bastó para que él no olvidara al payaso.
El martes llegó un correo de Nuria Álvarez. Anunciaba: "¡No cabe duda de que es la foto que está buscando!". Y prometía que al día siguiente trataría de acercarse al Martin-Gropius. Las esperas adquieren su sentido cuando no se intenta distraerlas. Las 20.36 horas del miércoles. Los alegres signos de exclamación de Nuria. "Aquí estamos de nuevo. No he podido conseguir más que el catálogo de la exposición... En los otros libros de Capa no aparecía esta foto, a pesar de que había uno dedicado exclusivamente a la Guerra Civil española. Así pues, le envío la fotografía que he hecho con la cámara digital. ¡Espero que sea suficiente! Según la información a pie de página, la foto original se encuentra en la biblioteca histórica de la Ville de Paris, con la descripción que ya mencionaba Roth en su artículo: "Se encuentran ahora los aviones encima de la gran ciudad... En un sótano, un payaso intenta distraer a los niños y hacerles olvidar que a lo mejor en ese preciso momento también su casa está siendo alcanzada por una bomba".
Cuando abrí el archivo la foto me pareció extraordinaria y conmovedora. Qué me iba a parecer. ¿Cómo era posible (de Capa, además) que no se hubiese reproducido mil y mil veces? Se la envié a Gil Bera, pero un servidor huraño la devolvió. Al día siguiente, y aún sin verla, me escribió con cordial lucidez: "¿Has visto ya la foto? No sale en las del catálogo Magnum, parece que es propiedad de la Biblioteca Nacional de Francia y figura en el catálogo de la exposición berlinesa que edita Nicolai Verlag. Lo llamativo es que, si miras el montón de periódicos digitales y papeleros alemanes que comentan la exposición del Gropius de Berlín, todos repiten que, entre las 300 fotos, están las tres celebérrimas: la del desembarco en Normandía, la del miliciano en gran pose teatral y la del refugio aéreo de Barcelona en 1939, donde un payaso distrae a los niños de los sucesos de la guerra. La frase es 'Bild aus einem Luftschutzbunker aus Barcelona von 1939, wie ein Clown die Kinder vom Kriegsgeschehen ablenken soll' y se repite casi literal en todos los medios. Lo bueno y chusco del asunto es que una foto tan famosa, vinculada a Barcelona -y calificada por los propios medios alemanes como 'manifiesto contra la guerra'-, sea desconocida en Barcelona, patria chica de esas cosas tan lindas, los manifiestos contra las cosas feas. Y hay algo que has notado desde el primer momento: Joseph Roth, en cuanto vio la foto, tuvo la certeza de que tenía el carácter de 'estar llamada a...'. Vamos a desechar la explicación simplista de que fue 'por su sensibilidad especial respecto a los niños, por lo del padre que no conoció y el padre que tampoco pudo ser...' y bla bla bla. Digamos que vio eso en la foto y que sin duda es una imagen que 'está llamada a...'. Y parece que, de alguna manera, te estaba esperando. Ya contarás".
Foto: Robert Capa. Pie: Josep Roth. Pas mal. Creo que algunos de esos niños aún deben de vivir y que pueden continuar explicándolo. Llamamiento.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.