"No voy a ser un obstáculo para la solución del conflicto de Chipre"
"No, gracias. Ya he tenido bastante. Tengo una reputación de político intransigente en todo el mundo, de ser un obstáculo para la solución del conflicto de Chipre. Seguir en el cargo sería una injusticia para mi pueblo, que sí quiere una solución". Entre trinos de pájaros enjaulados en uno de los bastiones de la muralla veneciana de Nicosia, el presidente turcochipriota, Rauf Denktas, de 81 años, confirmaba ayer en su despacho oficial que no concurrirá a las elecciones presidenciales del 17 de abril.
La victoria de la oposición, favorable a la reunificación con los grecochipriotas del sur de la isla, en las legislativas de 2003 ha allanado el camino para su retirada de la escena política chipriota, de la que ha sido protagonista destacado desde hace más de 40 años.
Pocas horas antes de que sus rivales políticos revaliden previsiblemente hoy su triunfo en los comicios adelantados que se celebran en el norte de Chipre, el presidente turcochipriota, abogado formado en Londres y fiscal de la Corona antes de que Chipre se independizara del Reino Unido, en 1960, se detenía en las cuestiones legales: "Chipre nació como un Estado de asociación [entre griegos y turcos]. Nosotros debemos ser tratados en pie de igualdad; un socio no puede gobernar al otro".
Para Denktas, el conflicto chipriota no empezó en 1974, con la intervención militar de Turquía y la partición de la isla. "Hay que tratar a las dos partes con equidad para que tengan confianza en el futuro. Pero Europa se niega a entender el problema, y cree haberlo solucionado al aceptar el ingreso de los grecochipriotas. A nosotros se nos excluye, todo porque hemos rechazado una autoridad ilegal y hemos defendido nuestro derecho a ser el segundo pueblo de la isla".
El veterano líder asegura ahora que no autorizó al secretario general de la ONU, Kofi Annan, para que convocara el referéndum de abril sobre reunificación. "Fue Turquía la que lo hizo a mis espaldas. Lo único que hice fue poner la cara
[como negociador turcochipriota] para decir en Nueva York que iba a hablar con los grecochipriotas y que, si no llegábamos a un acuerdo, Turquía y Grecia se sumarían a las negociaciones".
"No fui a Suiza porque el Gobierno turco había pactado el arbitraje de Annan y estaba dispuesto a aceptar sus propuestas con tal de poder volver a casa con la gloria de un acuerdo. Todo el mundo pensaba que los grecochipriotas iban a decir sí en el referéndum, pues así lo aseguraron sus líderes. Pero cuando se dieron cuenta de que los turcochipriotas apoyaban el sí, cambiaron de opinión".
Quien ha sido la terca pesadilla de sucesivas generaciones de negociadores internacionales insiste, a menos de dos meses de dejar el poder, en que "sólo puede haber una solución permanente en Chipre sobre la base de la existencia de dos entidades independientes, soberanas, con lengua propia, que fijen su territorio de mutuo acuerdo y tengan una representación conjunta en la UE y en la ONU". "Como en Bélgica", sentencia, antes de desmentir los rumores sobre su retirada de la vida pública: "Si eres un político de verdad, sólo lo dejas cuando estás acabado".
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