Educación acepta la propuesta de los directores de anticipar el pago del gasto ordinario

La situación de "colapso" financiero por la que atraviesan la mayoría de institutos públicos -según denunció el martes la recién constituida asociación de directores de secundaria de la Comunidad Valenciana- ha forzado a la Generalitat a revisar los criterios y plazos del actual sistema de transferencias corrientes que los directores consideran "obsoleto" e implantar un "plan experimental en 30 centros", para evitar situación de cortes de luz y calefacción como los vividos en las últimas semanas, por ejmplo en el céntrico instituto Lluís Vives de Valencia.

La primera medida que entrará en vigor ya, según especificó a este periódico el director general de Enseñanza de la Consejería de Educación, Josep Vicent Felip, al término de la reunión con representantes de la citada asociación, consiste en modificar el actual sistema de transferencias "a cuatrimestre vencido" por dos pagos semestrales al inicio de cada uno. Es decir, a inicios de enero y a comienzos de junio. Con ello, se pretende, fundamentalmente, que la factura de teléfono, agua, gas y electricidad -que se incrementa sobre todo entre noviembre y febrero por el frío, y entre mayo y junio, con el aumento del uso del aire acondicionado- pueda ser pagada con normalidad, explicó Felip.

Mientras, Educación se ha comprometido también a tener listo "en unos 20 días" un informe técnico detallado de la factura energética en cada uno de los centros. Algo que, como se ha comprobado en el último lustro, varía de centro a centro en función de la climatología de cada comarca, el número de alumnos y grupos y, sobre todo, el estado individual en que se encuentra cada instituto.

Parámetros de financiación

No hay ninguno entre los viejos, de hecho, que tenga el mismo contrato eléctrico ni el mismo sistema de instalación. Y la situación en los nuevos supone nuevos gastos como una mayor factura telefónica por los nodos de Internet, el tipo de instalación e, incluso, gastos añadidos derivados del nuevo diseño del edificio: así ocurre en el IES de Sueca, donde la enorme cristalera abovedada obliga al equipo directivo del centro a contratar a una empresa especializada en limpieza mediante el método de descolgar alpinistas (como en el Palau de la Música de València).

Asumidas estas nuevas condiciones por ambas partes, los directores se comprometen a presentar en el mismo plazo -más o menos un mes- una lista de criterios lo más homologables posible que inciden en los llamados, ahora, gastos para el funcionamiento escolar (material pedagógico, de oficina, laboratorio o deportivo), con la voluntad compartida de incluirlos en el nuevo sistema de transferencias.

Estas tres medidas, según Felip, que agradeció la voluntad de cooperación de los directores de institutos públicos, permitirá que "tras un análisis detallado, la Administración pueda establecer las medidas correctoras oportunas".