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LA CRISIS DEL CARMEL Y SUS EFECTOS

Clos asegura que los pisos agrietados por las obras de la Teixonera recibirán igual trato que los del Carmel

Lluís Pellicer

Las entidades vecinales de los barrios de la Teixonera y el Coll, a sólo 700 metros de la zona siniestrada del Carmel, siguieron ayer recogiendo quejas de afectados que denuncian la presencia de grietas en sus viviendas. Hay unos 40 edificios dañados, todos ellos situados alrededor de la futura estación de Teixonera-Coll, una de las dos paradas previstas en la prolongación de la línea 5 del metro.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, aseguró ayer que todos los vecinos afectados por las obras de esta línea "recibirán el mismo trato", si el estudio que la Generalitat ha encargado a un grupo independiente de la Universidad Politécnica de Cataluña demuestra que las grietas que han aparecido en sus viviendas están originadas por las obras en el metro. El pasado miércoles, el técnico de Proyectos de Política Territorial, Jordi Jubany, admitió a EL PAÍS que la Generalitat considera la posibilidad de que las grietas hayan aparecido por vibraciones que no fueron previstas en los estudios previos a la obra, aunque se reservan las conclusiones finales a los resultados del informe encargado a los técnicos.

"Lo que se tiene que hacer es una investigación para averiguar si estas grietas que se están anunciando en la Teixonera son fruto de estas obras. Si lo son, se tendrán que reparar, igual que se deberán reparar en cualquier circunstancia que se presente ahora o en el futuro", aseguró Clos. Fuentes del Ayuntamiento rechazaron que el "mismo trato" que puedan recibir los vecinos con nuevas grietas se traduzca en más desalojos a hoteles. Tampoco se prevé que la Generalitat o el Ayuntamiento otorguen un certificado que garantice la seguridad de los edificios, tal como reclama la asociación de vecinos del barrio.

Algunos vecinos de la Teixonera han encargado estudios a arquitectos independientes. Es el caso del inmueble número 27 de la calle de Besòs, que en mayo de 2004 denunció al Ayuntamiento la aparición de grietas en las paredes del edificio. Se pasó el caso a la Generalitat, que descartó cualquier relación de los desperfectos con las obras en un informe enviado el 24 de noviembre de 2004 a los vecinos por el responsable de Proyectos de Política Territorial. El documento asegura: "No se han usado explosivos" para la obra. Sin embargo, Política Territorial admitió ayer que durante los primeros meses de 2004 se llevaron a cabo voladuras "de dimensiones más bajas de lo normal y siempre controladas", en tres ocasiones.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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