La piratería mata un mito musical
Cierra Madrid Rock, la veterana tienda especializada en discos, que no ha logrado superar la crisis tras 24 años de vida
"¿Tienen El violinista sobre el tejado?". Una pareja de ancianos acaba de acercarse al mostrador de información de la tienda de música y cine Madrid Rock. Detrás, un dependiente atiende a un insistente teléfono con una mano, consulta en el ordenador con la otra, y, entre llamada y llamada, contesta: "Está agotada". Decepción. "Cuándo la recibirán?", insiste el anciano. "Ya no reponemos más; se va a cerrar la tienda". Cara de incredulidad, que pasa a preocupación y luego indignación. "¡Pero bueno! ¿Para siempre? Me parece fatal. ¿Dónde compro yo ahora?". Reacciona. "¿No tendréis películas del Oeste?, que me las llevo todas".
Como ellos, los más de 1.000 clientes que diariamente pasan por Madrid Rock se quedarán sin el mayor centro de Madrid dedicado exclusivamente a la venta de discos y cine. Los motivos de la empresa: la situación económica. El viernes pasado los trabajadores recibieron un expediente de regulación de empleo por cierre. Por delante, un mes de negociaciones. Después, nadie quiere decir cuánto tardarán en cerrar. "Llevábamos desde diciembre escuchando rumores. Habían ido cerrando todas las demás tiendas y ya sólo quedaba ésta", cuenta uno de los 46 empleados del local. "No me lo explico, tampoco va tan mal, la tienda está siempre llena". Señala la caja donde cinco personas hacen cola para pagar sus discos.
En el local de Gran Vía, el único que queda de la cadena, trabajan 46 empleados, cuyo futuro es incierto
El director de la tienda, Miguel Ángel Moreno, dice que las cosas ya no son lo que eran. Hace ocho años, cuando un disco salía a la venta, 1.500 clientes podían comprarlo el primer día. Hoy ni siquiera pasan de 300. "Ya no es rentable, tenemos unas pérdidas enormes. El local es caro de mantener y la piratería e Internet no nos ayudan; la gente ya no regala discos porque están desprestigiados".
María José Pererira, la encargada de la tienda de Gran Vía, lleva 21 años en la casa, toda su vida laboral. Cuando María tenía 20 años en 1984 empezó a trabajar en una pequeña tienda especializada en música rock en la la calle de San Martín, 4. Se llamaba Madrid Rock y la habían fundado dos socios en 1981. Vio cómo crecía, compraba locales mayores y se instalaba en otras ciudades. Llegaron a tener ocho tiendas abiertas, en tres ciudades y más de 80.000 títulos. Dentro de un mes, 24 años después de su nacimiento, Madrid Rock desparecerá para siempre. "Lo he visto nacer y crecer. Es más que un trabajo y me da muchísima pena. Lo siento también por los disqueros, los clientes que son auténticos apasionados de la música, que vienen por el fondo y por el ambiente", explica María.
Mónica Sevil, miembro de la mesa antipiratería, es la asesora legal de la Asociación de Distribuidores en tienda de Música (ANEDI), entre las que se incluye Madrid Rock. "La distribución de música especializada está en peligro. Están desapareciendo tiendas emblemáticas en todas las ciudades españolas y ya no hay marcha atrás", se queja. Sevil culpa también a las discográficas. "Las tiendas especializadas en música estamos siendo maltratadas, tanto en precios como en condiciones, con respecto a las grandes superficies. Pero al final el que acaba perdiendo es el consumidor".
Con este cierre, además de los consumidores perderán los 46 empleados que se quedarán en paro. "Hay compañeros que llevan toda la vida aquí y que se quedan en la calle, algunos con edades complicadas", explica un dependiente que prefiere permanecer en el anonimato.
A Marcos Palomo, uno de los empleados que se sienta tras el mostrador de información, esta historia le suena. Hace dos años vivió el cierre de la tienda Tipo, de la calle de Hortaleza. "Notamos que dejaban de entrar remesas y de la noche a la mañana nos dijeron que ya no volviéramos más porque habían vendido el local a una marca deportiva. Se forraron y luego nos indemnizaron con lo máximo posible". Marcos tiene un grupo de música, Carbonas, como la mayoría de dependientes. Dice, sin mucha confianza en que vaya a tener éxito, que está intentado convencer a los demás trabajadores para organizar un concierto y que la tienda no tenga que cerrar. "Algo en plan Salvemos Madrid Rock. Ponlo, a ver si lo lee algún grupo famoso y sale adelante", bromea.
Pero parece que no hay marcha atrás. Uno de los disqueros habituales del local dejó un mensaje en un foro de Internet: "Cuando entras en Madrid Rock, en el ambiente se respira música. Es la tienda de discos por excelencia de Madrid, puedes buscar lo inimaginable, todo un mundo de pasión musical". ¿Dónde irán ahora los disqueros?
Rumorología en Internet
El local del Madrid Rock está en plena Gran Vía, tiene 1.500 metros cuadrados de superficie y, según Miguel Ángel Moreno, el director de la tienda, aún no se sabe qué habrá en el local cuando ellos ya no estén. "Ha habido mucha gente interesada en el local, pero de momento sólo sabemos que en una semana haremos una liquidación especial de la mercancía almacenada", anuncia.
Sin embargo, los empleados están cansados de secretismos y de oír rumores que hablan de una operación inmobiliaria tras el cierre. Primero comenzaron los foros de Internet. "En los sitios en los que entrábamos para hablar de música, un día nos encontramos mensajes que preguntaban sobre el cierre de nuestra tienda", dice un trabajador que prefiere no dar su nombre. Al principio les hicieron caso omiso, pero empezaron a preocuparse cuando los clientes les venían con el mismo cuento: "Empezamos a mosquearnos en serio cuando llegaban a la tienda y nos decían: '¿No te has enterado? Inditex ha comprado el local'. Y no uno, sino muchos clientes, a cada uno se lo habían contado por un sitio diferente". Lo que más les inquietaba era que se hablara de Inditex porque esta firma ya se interesó por el local antes de que se abriera el Zara de enfrente.
El local donde nació Madrid Rock en 1981 en la calle de San Andrés fue la cuna de uno de los centros de referencia de la música rock en España. Hoy se ha convertido en la franquicia de una papelería. Quizá en un año al Madrid Rock le haya quitado el puesto una gran cadena de mobiliario doméstico y los sofás hayan asfixiado el espacio en el que antes se respiraba la música.
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