Un tribunal de EE UU amenaza con la cárcel a dos periodistas por ocultar sus fuentes

Testificar o ir a la cárcel. Un tribunal de apelaciones de EE UU ha ordenado a dos periodistas implicados en la filtración de la identidad de un agente secreto de la CIA que testifiquen ante un gran jurado para revelar sus fuentes. En caso contrario podrán ser condenados a prisión, de acuerdo con la decisión unánime de un comité de tres jueces del tribunal Federal de Apelación de Washington.

Los periodistas Judith Miller, del diario The New York Times, y Matthew Cooper, de la revista Time, deben comparecer ante el jurado que investiga si alguien del Gobierno estadounidense filtró de forma ilegal el nombre de la agente secreto a la prensa. Ambos periodistas fueron declarados en desacato por negarse, ante un juez federal de Washington, a revelar la fuente que les filtró el nombre. La revelación de la identidad de un agente secreto se castiga con penas de hasta los 10 años de cárcel.

Este caso se hizo público cuando el columnista conservador Robert Novak publicó en julio de 2003 que la esposa del ex embajador Joseph Wilson, Valerie Plame, era una agente de la CIA. Wilson había sido encargado por el Gobierno de George W. Bush de investigar si era cierto que el régimen de Sadam Husein había tratado de comprar uranio en Níger, lo que resultó ser falso.

La publicación del nombre de Plame se produjo poco después de que Wilson escribiera una columna en la que acusaba a Bush de basarse en datos del espionaje sin credibilidad en su discurso del Estado de la Unión de enero de 2003. Por ello, Wilson considera que la identificación de su esposa fue una venganza de la Casa Blanca, y acusó a Lewis Libby, al jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, de ser el responsable de la filtración.