La coalición religiosa chií vence en las elecciones iraquíes con el 48% de los votos
La participación en los comicios rozó el 60% de los 14 millones de electores registrados
No hubo sorpresas. La Alianza Iraquí Unida, la coalición que agrupa a los principales partidos confesionales chiíes, inspirada por el gran ayatolá Alí Sistani, ha logrado un rotundo triunfo en las elecciones celebradas el 30 de enero al hacerse con el 48% de los votos, según informó ayer la Comisión Electoral. La participación se elevó al 59% de los 14 millones de iraquíes censados, aunque en las provincias suníes la afluencia a las urnas fue muy escasa. La Lista Unida Kurda cosechó el 26% de los sufragios, mientras que por la Lista Iraquí, el partido del primer ministro, Ayad Alaui, votó el 13% de los electores.
El portavoz de la Comisión Electoral, Farid Ayar, aseguró en Bagdad que los resultados para elegir el Parlamento de 275 diputados son todavía provisionales y que no se podía aún fijar el número exacto de escaños que tendrá cada candidatura. Pero las primeras proyecciones dejan a la lista de los grupos chiíes al borde de la mayoría absoluta, con 132 diputados.
La coalición de los partidos religiosos chiíes -especialmente Dawa y la Asamblea Suprema para la Revolución Islámica en Irak (ASRII)- sumó 4,75 millones de sufragios, el 48% de los votos emitidos, en un país con una población que supera los 25 millones de habitantes, aunque sólo 14 millones de iraquíes estaban registrados para votar. Al final acudieron a las urnas 8,45 millones de electores, el 59% de los censados.
La participación fue muy desigual. En el sur del país, de mayoría chií, la afluencia a las urnas fue alta, aunque la Comisión Electoral no dio información al respecto. Y en el Kurdistán fue masiva. Pero en la provincia de Al Anbar, de mayoría suní y donde se encuentran las ciudades de Faluya y Ramadi, la afluencia fue insignificante: apenas el 2% de los registrados se acercó a los colegios electorales. Las amenazas de los insurgentes y el boicoteo electoral de los más importantes movimientos políticos suníes han hecho efecto en esta zona. En Nínive, cuya capital es Mosul, la cifra se elevó al 17%. Y en Salahudin, provincia natal de Sadam Husein, votó el 29% de los registrados.
En segundo lugar se situó, como era también previsible, la alianza de los partidos kurdos -el Partido Democrático del Kurdistán y la Unión Patriótica del Kurdistán-, con 2,5 millones de votos, el 26%, que les llevará a ocupar 71 escaños. Por su parte, la formación del primer ministro, Ayad Alaui, recogió el 13% de las papeletas, un total de 1,16 millones de sufragios, lo que le otorgaría 38 asientos en la Cámara. El actual presidente, el sunní Gazi al Yauar, consiguió para su partido, Los Iraquíes, el 2% de las papeletas, lo que le proporcionaría cinco escaños.
Aunque los partidos confesionales emergen como los claros vencedores, su porcentaje de voto ha estado 10 puntos por debajo de lo que esperaban sus dirigentes. Abdelaziz Báquer al Hakim, líder de la ASRII, aseguró ayer que su coalición no intentará convertir Irak en un "Estado religioso", aunque añadió: "Lo que queremos es que el islam sea la religión del Estado, que se respete la identidad cultural islámica de los iraquíes y que no se adopten decisiones contrarias a las enseñanzas islámicas". Al Hakim concluyó asegurando que las decisiones de Alí Sistani "serán respetadas" y que no actuará "en contra de sus orientaciones".
El futuro Parlamento tendrá el crucial cometido de redactar la Constitución definitiva del país, que deberá ser aprobada en referéndum en agosto, para poder celebrar nuevas elecciones en diciembre. Y aunque las organizaciones políticas suníes han boicoteado los comicios, el resto de los partidos se proponen hacer lo necesario para que participen en la elaboración de la Carta Magna.
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