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Entrevista:JESÚS ARANA | Director de Tráfico del Gobierno vasco

"El descenso del pasado año en los accidentes mortales no es coyuntural"

Jesús Arana (Bilbao, 51 años), ingeniero industrial, es el director de Tráfico del Gobierno vasco desde hace seis años. Las estadísticas del pasado año en Euskadi han sido espectaculares: el número de fallecidos bajó un 42%, hubo un 34% menos de heridos graves y se redujo en un 47% la cifra de jóvenes muertos en las carreteras.

Pregunta. Estará muy satisfecho con estos datos.

Respuesta. Sí, aunque tampoco ha sido una sorpresa. Desde que desarrollamos el Plan de Seguridad Vial, a finales de 2002, establecimos unos objetivos y en 2003 teníamos unos indicadores de que la accidentalidad estaba bajando. Ese año tuvimos la desgracia de que en diciembre hubo 14 fallecidos en el puente de la Constitución y eso adulteró el resultado. En 2004 [la tendencia] es se ha consolidado. No es coyuntural. Lo que ha supuesto es que la comunidad autónoma está en los 60 fallecidos por millón de habitantes, un ratio en el cual sólo se encuentran Inglaterra, Suecia y Holanda, que llevan en esa cifra cuatro años.

"Las causas de la bajada son la coyuntura favorable, coordinación con policías locales y una tramitación efectiva de las denuncias"
"La gente está cumpliendo más las normas que hace uno o dos años. La velocidad ha disminuido y los resultados no dejan dudas"

P. ¿Cuáles son las causas concretas de la bajada?

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R. En primer lugar hay una coyuntura favorable, un firme compromiso por la seguridad vial en la Unión Europea y la Organización Mundial de la Salud. Se producen sinergias. Algunos medios de comunicación tienen compromiso especial con el tráfico, dando información exhaustiva de accidentes y consejos de seguridad vial. Además los coches han mejorado. Aun así, los resultados son favorables pero hay que buscar el diferencial, porque en el Estado español ha habido una bajada, pero no tan espectacular...

P. ¿Cuáles son esas causas diferentes?

R. Se han hecho planes de vigilancia y control coordinados con las policías locales, de manera voluntaria y deseada por ellos. Durante unas fechas se han hecho labores de control coincidentes con todos los agentes. Por ejemplo, en el caso de los ciclomotores, todas las policías locales de los ayuntamientos adheridos, junto con la Ertzaintza, hicieron una campaña de control muy intensiva durante 15 días y, paralelamente, metimos unas cuñas radiofónicas. Se produjo un boca a boca de la gente y funcionó. Luego están los radares fijos, con el cambio en la legislación que ha posibilitado que las multas sean consideradas legales por los jueces. A ello se une la tramitación más eficiente de las denuncias. No hay muchas que se pierdan por estar mal tramitadas. Eso ha llevado a la gente a decir que cuando llega una multa de Tráfico del País Vasco hay que pagarla.

P. También han realizado campañas concretas.

R. En educación vial hicimos programas para saber qué niños son propensos o adversos al riesgo. Hemos cambiado los programas en los últimos tres años y vemos que ya no fallecen tantos jóvenes en las carreteras. Llegamos al año a más de 70 centros escolares y 30.000 alumnos, lo que es una barbaridad. Además, ha habido un incremento de las cantidades de las multas por la nueva ley y la amenaza de la retirada del carné, y eso la gente lo tiene presente. Luego hay una labor continua de concienciación, como la campaña que hicimos en 2004 con Vilariño, Joane Somarriba y Herri Torrontegi, en la que intentamos que la gente rechazara la velocidad en la carretera.

P. Tráfico ha destacado la importancia del Plan Estratégico de Seguridad Vial.

R. Es un marco en el que encajan todos los agentes que intervienen: los departamentos del Gobierno, ayuntamientos, diputaciones, órganos privados, aseguradoras. Esto favorece que la Dirección de Tráfico tenga un termómetro de lo que sucede y le permita liderar mejor que antes las acciones en materia de tráfico. El plan ha sido un motorcito que ha guiado en la misma dirección a todos estos agentes.

P. Pero los ciudadanos no perciben que hayan aumentado mucho los controles de velocidad o de alcoholemia.

R. No. Las labores continuadas a lo largo del año han sido las mismas, porque los efectivos, tanto en policías locales como la Ertzaintza, son los mismos. Lo único que hemos hecho es concentrar los controles en épocas determinadas. Igual es la sensación de la gente de que le hacen un control en Bilbao, otro en Deba y otro en Elorrio. Pero no ha habido más que esas campañas concretas.

P. Comentaba que lo de 2004 no es un dato excepcional y que este año no volverán a subir los fallecidos.

R. Estamos en el ratio de 60 a 70 fallecidos por millón de habitantes, el de los países líderes en Europa. Este año vamos a permanecer ahí. La tendencia es seguir, y si conseguimos bajar de 60, mejor.

P. ¿Estudian nuevas medidas?

R. Estamos trabajando porque a esos países les está costando mucho mantenerse en ese ratio. A nuestra estrategia se ha incorporado Eudel y hemos empezado a colaborar con Osalan. Nos queda el tema de los atropellos a los mayores de 55 años. Este año ha habido cinco fallecidos, tres de ellos por atropello. No han sido todos mayores de 55 años, pero es el segmento que nos preocupa en los atropellos. Y estamos alerta con los transportistas. Puede ser, no lo podemos afirmar, un colectivo que se ha quedado al margen del desarrollo de la seguridad vial.

P. Las campañas agresivas con imágenes crudas de accidentes, ¿ya no son efectivas?

R. Son de vaivén. Nosotros no hemos hecho ninguna campaña de esas. Pensamos que mostrar crueldad tiene un resultado más coyuntural.

P. Pero la realidad es que la mayoría de los conductores no respeta las señales, cuando en Estados Unidos o Australia esa conducta es minoritaria.

R. Los ciudadanos tienen que cumplir las normas. La percepción que tenemos es que la velocidad ha disminuido y los resultados no dejan dudas: la gente está cumpliendo más las normas que hace uno o dos años. Los conductores van más despacio.

P. Igual habría que elevar más las multas, como en esos países, para llegar a ese nivel de cumplimiento.

R. Pensamos que sería suficiente siendo escrupuloso en cumplir y hacer cumplir el régimen sancionador actual. Se trata de que no sólo uno sepa que cumple las normas, sino que también lo hacen los demás y entonces circula tranquilo. Y es ahí donde estamos a punto de llegar. Hay que pegar un pequeño empujoncito.

P. ¿En qué se ha mejorado más, en la velocidad o en no conducir ebrio?

R. Las dos cosas van unidas. La gente, ahora, cuando monta en el vehículo, no bebe, y se va mucho más despacio. Los accidentes son menores.

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