Campeones y colistas
Buena parte del debate de estos días en torno a la Constitución europea está incluyendo entre sus argumentos (a favor o en contra) el impulso o retroceso que la misma supone para la contribución clave que la UE quiere hacer a la paz y la prosperidad mundiales. Pues bien, antes incluso de que se celebre el referéndum en España, los responsables de desarrollo internacional en la UE tendrán una oportunidad de oro de demostrar hasta qué punto esta voluntad es real. Los próximos días 14 y 15 de febrero se reunirán en Luxemburgo para revisar la contribución y compromiso comunitarios con los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Si la UE es seria en sus intenciones, los países miembros (incluido España) deberán adoptar medidas específicas en materia de ayuda, deuda externa y comercio internacional. La UE será en efecto un actor fundamental para el éxito o el fracaso de los Objetivos. Pero harán falta algo más que buenas palabras para demostrarlo.
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