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Rumsfeld ofrece una cara amable en Europa para cerrar la disputa de Irak

Schröder propone reformar las relaciones con Washington dentro de la OTAN

Andrés Ortega

A poco más de una semana del viaje del reelegido presidente George W. Bush a Bruselas, europeos y norteamericanos pretenden haber dejado atrás sus diferencias sobre Irak. Pero ahora surgen las disputas referentes a Irán o al papel de la OTAN o de la propia UE. En la 41ª Conferencia de Múnich sobre Política de Seguridad, el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, presentó ayer su cara más amable y constructiva ante Europa.

Pero en el debate resurgió también el "viejo Rumsfeld", que volvió a las andadas con que es "la misión la que determina la coalición, y no a revés", y "nuestra unidad no necesita ser una uniformidad de tácticas o puntos de vista". Pero pidió toda la ayuda posible para Irak.

El discurso del canciller alemán, Gerard Schröder, aquejado de gripe, pero leído por su ministro de Defensa, Peter Struck, había ya caldeado el ambiente. Schröder considera que la OTAN "ya no es el primer lugar en el que los socios transatlánticos discuten y coordinan sus estrategias"; que, a la vista de lo ocurrido, la máxima de que estos vínculos transatlánticos responden al interés de Alemania, Europa y América, no se se puede aplicar, sino que hay que "adaptarse a las circunstancias", y que se debería crear un grupo de expertos, a semejanza del que creó Kofi Annan para proponer reformas en la ONU, para estudiar cómo mejorar las relaciones entre la UE y EE UU, y presentar sus conclusiones el próximo año. No gustó demasiado a los americanos ni a los europeos que no están en la UE, pero sí en la OTAN, o a los sectores más atlantistas. Posteriormente, fuentes alemanas rebajaron estas manifestaciones. Pero ahí quedan.

Rumsfeld demostró que no sabe cómo tratar a la UE, ni ésta a la Administración de Bush. Tras las buenas palabras de la gira de Condoleezza Rice, ambas partes esperan acciones de la otra. Rumsfeld incluso se mostró socarrón ante la Constitución europea que va a crear el puesto de ministro de Asuntos Exteriores de la UE. "¿Se van a abolir los ministros nacionales?", preguntó ante al propio Javier Solana, alto representante europeo. Rumsfeld quisiera devolver a la OTAN su centralidad. También el secretario general de la organización atlántica, Jaap de Hoop, quien proclamó para la Alianza un papel en la separación entre israelíes y palestinos, si éstos llegan a un acuerdo, una propuesta no compartida por todos los miembros, salvo que la soliciten las partes en el conflicto. El ministro egipcio de Exteriores, Ahmed Abul Gheit, consideró que la OTAN sufre de un "déficit de legitimidad" en la zona.

El verdadero objeto de discordia entre europeos y americanos fue Irán. Los europeos creen que pueden conseguir un acuerdo para que Teherán suspenda definitivamente su programa de enriquecimiento de uranio susceptible de ser utilizado para bombas. Alemania, Reino Unido, Francia y la UE como tal están empeñados en este esfuerzo. "Si fracasa, los iraníes saben lo que les espera", afirmó Solana. A saber, que la cuestión pase del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) al Consejo de Seguridad de la ONU que podría tomar sanciones. Solana, ante la posibilidad de "una espiral hacia abajo de suspicacia, aislamiento, y pobreza e incluso peligro", aboga por una solución diplomática, con "garantías objetivas", más amplia, que también tenga en cuenta las preocupaciones de seguridad de los iraníes. Frente a los "hechos" sobre el programa nuclear militar iraní que proclamó James Wolsey, ex jefe de la CIA, Solana sólo aceptó las "intenciones". Pero nada más.

Kofi Annan (izquierda) y Donald Rumsfeld ríen tras su llegada a la conferencia de Múnich.
Kofi Annan (izquierda) y Donald Rumsfeld ríen tras su llegada a la conferencia de Múnich.ASSOCIATED PRESS
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