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Crítica:POR MENOS DE 15 EUROS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una veintena de especialidades para amantes de la pizza

José Carlos Capel

Cada mediodía, a partir de las 13.30, comienzan a llegar los primeros comensales. Una hora después el local se llena a rebosar y los clientes se agolpan en la puerta. Poco importa, la rotación es rápida y el movimiento de mesas bastante fluido. En poco tiempo, este restaurante italiano, que pertenece a una franquicia desarrollada en Inglaterra, ha conseguido un éxito sin precedentes. Su secreto no consiste sólo en el equilibrio de su menú del mediodía (10 euros), sino en la aceptable calidad de sus platos, que se agrupan en cuatro bloques: entrantes (antipasti), pizzas, pastas y postres. Todos muy aparentes y fieles al nuevo diseño que ahora afecta a la comida italiana, que, con sólo actualizar la estética, consigue que sus recetas parezcan otra cosa.

Pizza Marzano

Serrano, 45. Madrid. Teléfono 915 75 56 94. No cierra ningún día.

Se puede empezar con un amplio surtido de ensaladas. Entre ellas, la caprese, una de las mejores, a base de tomates secos, queso mozzarella y salsa pesto. O con la niçoise, en la que intervienen tomates frescos, atún y lechuga, a la que perjudica un mal vinagre. Detrás de la barra, tres cocineros preparan a la vista la mayoría de los platos, incluidas las pizzas. Por ejemplo, la de cuatro quesos, la de peras y gorgonzola o la típica margarita, con mozzarella y salsa de tomate. Tres ejemplos de un listado que supera la veintena de variantes. Para abrir boca o acompañar los platos se ofrecen sugerencias seductoras, como el pan de ajo, los panecillos en tamaño mini a las tres salsas, la focaccia al aroma de hongos y las bruschettas, tostadas que se cubren de tomate picado, cebolla y ajo.

Sin duda el capítulo más flojo de la casa -¡qué paradoja!- son los platos de pasta. Aunque ninguno desentona, tampoco dan la talla. Se quedan algo cortos los ravioles rellenos de queso ricota y espinacas, y también los canelones de espinacas. Lo mismo que los trofie a la carbonara, en los que se echa en falta el sabor ahumado de la panceta. La lista de vinos es raquítica y apenas alcanza para salir del paso. En cambio, el café, de gusto italiano, es bueno; la cerveza Peroni, armónica, y la grappa de sobremesa, interesante. Para animar las noches, los lunes y miércoles, música de jazz en vivo.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.
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