Réplica
Alí Lmrabet ha publicado una carta en el periódico EL PAIS, el 7 de febrero de 2005, en la que reconoce que no ha presentado ninguna solicitud al fiscal del Rey ante el Tribunal de Primera Instancia de Rabat para publicar un periódico, repitiendo, al mismo tiempo, sus alegaciones según las cuales un agente de la policía le impidió acceder a la oficina del fiscal de Rey para presentar su solicitud.
Alí Lmrabet alegó que el fiscal del Rey señor Ammani fue quien se encargó de lo que él llamó su "juicio político", estuvo detrás de su condena a cuatro meses de cárcel en el mes de noviembre de 2001, y prohibió ilegalmente la publicación del periódico Demain Magazine. Alí Lmrabet alegó también
que el señor Ammani estuvo detrás de su condena, otra vez, a cuatro años de cárcel, en mayo de 2003, y de la prohibición de los periódicos Demain Magazine y Demain. Tras la publicación de esta carta, quiero aclarar que todas las alegaciones de Alí Lmrabet, incluida su alegación según la cual un agente de la policía le impidió tomar contacto con el fiscal del Rey, no tienen nada que ver con verdad.
El papel del señor Adbesalam Ammani, fiscal del Rey ante el Tribunal de Primera Instancia de Rabat, se limita a ordenar la apertura de un expediente y a poner todo lo que vea conveniente a disposición del tribunal que, a su vez, tiene todo el derecho de pronunciar una condena basándose en los debates que se celebran ante el tribunal y los datos y pruebas presentados, tal como lo reconocen los regímenes democráticos, que creen en el principio de la separación de los poderes y la independencia de la justicia. Quiero aclarar también que Alí Lmrabet no ha sido condenado sólo dos veces como viene subrayando en su carta, sino que fue objeto de 26 quejas por insulto y difamación presentadas por varias personas, entre ellas periodistas. Se han pronunciado sentencias contra él por algunos casos y otros aún están siendo examinados por los tribunales.
A este respecto, conviene subrayar que Alí Lmrabet estaba apoyado en todos estos juicios por su defensa y tenía acceso a todas las garantías legales conforme a los principios del juicio justo, reconocidos internacionalmente. Cabe señalar que ha comparecido ante los tribunales por haber cometido infracciones contrarias a la ley de prensa y no por otro motivo como alega en su carta. De todo lo dicho, se desprende que las alegaciones de Alí Lmrabet de ser una víctima no son más que una huida hacia delante, y una consecuencia de su incapacidad de afrontar la realidad de un país democrático, que cree en la libertad de opinión y de expresión.
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