Sorpresa

Veo con sorpresa, en EL PAÍS de 5-II-2005, p. 30, la información La Real Academia acepta llamar "matrimonio" a las bodas gays. Raras veces he visto tantas inexactitudes. Es pura desinformación. Ni soy secretario de la Academia (sólo miembro) ni propuse que se usara otra palabra para estas uniones. No es problema mío. Me limité a pedir que la Academia solicitara del Gobierno que el uso correcto de "matrimonio", tal como está en el Diccionario, fuera respetado en la legislación. Nadie se opuso, se acordó que se redactara y difundiera.

Luego el 27 (en que estuve ausente en Grecia) y el 3, de resultas de varias intervenciones, se redactó un "Informe" que insistía en cuál era el uso normal, el de siempre, con hombre y mujer, aunque insinuaba que quizá algún día se ampliara. Yo no habría incluido esto, desde luego. Pero en ningún momento figura en dicho "Informe" que la Academia aceptara que en la legislación actual se llamara "matrimonio" a las "bodas gay". EL PAÍS conoce el "Informe", pues cita tres líneas, que utiliza para una interpretación sesgada. ¿Por qué no lo publica entero para que se vea la verdad?

En fin, yo quedo en sospecha y la Academia más. Deberían rectificar. Como académico de la Real Academia Española y como colaborador de EL PAÍS, se lo pido. "Matrimonio" es lo que es, no le den vueltas.