"No se verá un uniforme francés en Irak"
La ministra de Defensa francesa, Michèle Alliot-Marie, es la anfitriona de la reunión de la OTAN que comenzó ayer en Niza, la primera de esta organización que tiene lugar en suelo francés desde 1966. La ministra confía en que su trabajo "pedagógico" sobre la "complementariedad" entre la Europa de la defensa y la Alianza Atlántica haya dado sus frutos y disipado las suspicacias de Washington, especialmente en lo que se refiere al secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfield. Pese a que se suma a la consigna de pasar la página de los desencuentros entre París y Washington en torno a la guerra de Irak, Alliot-Marie insiste en que no se verá "un uniforme francés" en este país árabe. La titular de Defensa gala se muestra partidaria de crear grandes grupos europeos, al estilo de la aeronáutica AEDS, en el campo naval y el terrestre.
"En términos muy pragmáticos, creo que la defensa europea es una ayuda formidable para la OTAN"
"Es necesario que los europeos decidan comprar material militar en cantidad suficiente para responder a sus deseos de intervención"
Pregunta. ¿El hecho de que la reunión de la OTAN tenga lugar en Francia significa que entramos en una fase más constructiva respecto a la Europa de la Defensa o aún estamos en el proceso de construir la confianza?
Respuesta. Tiene un doble significado. Primero un reconocimiento de la importancia de la participación francesa en las operaciones OTAN: somos el segundo país contribuyente en número de tropas. En segundo lugar, esta reunión se celebra en otro clima, diferente del clima de desconfianza que había respecto a la construcción europea. Las declaraciones de Rice parecen ir en este sentido. También es el resultado de muchos esfuerzos personales de explicación, pedagógicos -pienso en [el secretario de Defensa] Donald Rumsfeld y en otras personalidades- para demostrar que reforzar la Europa de la defensa es también reforzar la OTAN. En términos muy pragmáticos, creo que la defensa europea es una ayuda formidable para la OTAN. En los próximos años vamos a tener que hacer frente a una multiplicidad de crisis. Estamos ahora en una nueva fase. Hemos acceptado ayudar a la reconstrucción de Irak, especialmente en lo que se refiere a la formación de las fuerzas de seguridad. Tras la visita en París del presidente iraquí hemos decidido poner en marcha inmediatamente la formación de gendarmes y oficiales de seguridad y ya hemos pedido al emirato de Qatar poder hacer esta formación en su suelo. También estamos dispuestos a acoger a oficiales en Francia.
P. ¿Esto no cambia la postura francesa?
R. No. Desde el primer momento dijimos que en cuanto las autoridades iraquíes nos lo pidieran les ayudaríamos, pero que no se verá nunca un militar francés, un uniforme francés en Irak.
P. La defensa europea tiene una cierta dependencia de la tecnología o, al menos, de la logística militar norteamericana o de la OTAN para poder realizar determinadas misiones. ¿Es ése el motivo por el que usted ha planteado la posibilidad de crear grupos industriales europeos en el campo de los astilleros militares o de la industria del armamento terrestre similar a la que AEDS representa en el sector aeronáutico?
R. A nivel tecnológico no hay ningún foso entre Europa y EE UU, pero sí que es cierto que los europeos tenemos ciertas lagunas en cuanto a capacidad. Es necesario que los europeos decidan comprar material en cantidad suficiente para responder a sus deseos de intervención. Por esto es necesario un esfuerzo suplementario en los países que tienen los presupuestos de Defensa más bajos, porque si no tendremos problemas...
P. ¿Es una cuestión de masa crítica?
R. Sí. Tenemos la tecnología y las empresas que pueden construir lo que necesitamos. Apoyo la creación de grandes grupos de defensa europeos que sean capaces de luchar contra las grandes empresas, sean norteamericanas o asiáticas. La aeronáutica EADS responde a esto, y lo preconizo también en el campo de la industria naval militar, donde hay que crear un polo importante con los alemanes, los españoles, los portugueses y tal vez los italianos. También habrá que hacerlo rápidamente en la industria militar terrestre. Se trata de crear bloques industriales y no empresas que se hagan la competencia. Pero, una vez hecho esto es necesario que los europeos se doten del presupuesto que les permita comprar este material. Cuando lleguemos a este punto ya no habrá problemas de autonomía ni de independencia. En cualquier caso, en estos momentos ya somos capaces de llevar cabo misiones por nuestra cuenta, lo hicimos el año pasado en la República Democrática del Congo, pero es cierto que tendríamos dificultades para cierto tipo de operaciones, lejanas y pesadas, por ejemplo en materia de transporte aéreo, aunque dentro de tres años, con el programa del A400M habremos solucionado este problema. Y otro tanto con los helicópteros de transporte NH 90.
P. ¿Cómo conjuga este aumento del presupuesto militar con el pacto de estabilidad?
R. Es un problema al que me enfrento constantemente, pero ya parece bastante admitido tras estos últimos años que el pacto de estabilidad era demasiado rígido. Ahora se está revisando, aunque no se si se tendrán en cuenta las necesidades de Defensa. La industria de la Defensa también afecta al empleo y al dinamismo de la economía europea.
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