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LA OFENSIVA TERRORISTA

ETA hace estallar un coche bomba cerca de Arco horas antes de la visita de los Reyes

La explosión de 30 kilos de cloratita provoca 43 heridos leves en Madrid

Jorge A. Rodríguez

Un coche bomba con unos 30 kilos de cloratita explotó a las 9.35 de ayer en el Campo de las Naciones de Madrid, a unos 500 metros del recinto ferial Juan Carlos I (Ifema), donde los Reyes y el presidente mexicano, Vicente Fox, inauguraron a las siete de la tarde la feria internacional de arte Arco. El estallido, anunciado a las 8.55 por un hombre que telefoneó al diario Gara, impactó contra uno de los dos edificios de las Esferas Gemelas, donde tienen sus oficinas la empresa de informática Bull y la firma Steria. Un total de 43 personas resultaron heridas leves, 34 de ellas de Bull, seis policías, dos viandantes y un conductor.

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"Llamo en nombre de ETA; a las 9.35 va a estallar un coche bomba en los alrededores del Palacio de Congresos de Madrid". El contenido de la llamada recibida a las 8.55 en Gara fue transmitido inmediatamente a la Ertzaintza y ésta puso sobre aviso a la policía de Madrid. La capital tiene dos palacios de congresos, por lo que la policía se desplazó inmediatamente a ambos. Pero cuando llegaron, ya se había perdido casi un cuarto de hora y, además, no sabían la marca, modelo, color ni ubicación exacta del coche.

La policía cortó los tres accesos por carretera al Campo de las Naciones (una de las zonas de oficinas más moderna de Madrid, que incluye el Ifema, el Palacio Municipal de Congresos y un gran parque) a donde prácticamente no se pudo acceder desde las 9.25. Sin embargo, todavía quedaba tráfico interior, fundamentalmente vehículos buscando plaza de aparcamiento. El Ministerio del Interior contactó con el Metro de Madrid para que los trenes no parasen en la estación de Campo de las Naciones. En Ifema, a unos 500 metros, seguían los preparativos para la inauguración de Arco, dedicada este año a México, prevista para las siete de la tarde.

El estallido se produjo a la hora señalada, sin que los 150 trabajadores de Bull ni los de las oficinas aledañas ni los del Palacio Municipal de Congresos fueran informados de la inminente explosión. "Hubiera sido peor desalojar los edificios, porque como no sabíamos ni qué coche era ni dónde estaba no podíamos arriesgarnos a tener gente deambulando por la calle", explicaron algunos de los mandos del dispositivo de seguridad.

El coche bomba, un Renault 19 blanco, robado por la noche en Guadalajara y al que le habían puesto placas de matrículas falsas de Madrid, estaba aparcado en la embocadura de la avenida de la Ribera del Sena, pegado a la glorieta de Don Juan de Borbón, justo en la rotonda anterior a la entrada de garaje de Bull. El automóvil había sido aparcado allí entre las 7.30 y las 8.30. "Yo llegué como a las 8.55 y el coche estaba aparcado donde suelo aparcar yo y pensé que el sitio me lo había quitado otro compañero que, además, no había apurado el espacio hasta la entrada del garaje", aseguró Vicente Gozalbo, empleado de Bull.

La explosión, que provocó una densa humareda blanca, afectó a un Mercedes de color gris de un ejecutivo de una multinacional que acababa de sobrepasar al coche bomba. Este vehículo, con fuertes daños pero cuyo conductor salió ileso, quedó atravesado en la vía y, justo detrás, también en mitad de la calle, humeaban los restos del R-19 reventado. Un BMW aparcado junto al de la bomba también ardió.

La onda expansiva atravesó de lado a lado la planta baja y la primera del edificio (diseñado, como su gemelo sede de la aseguradora Génesis, por el estudio de arquitectura Pérez Guerras), por lo que fue en éstas en las que hubo más heridos. 34 empleados de Bull sufrieron lesiones, fundamentalmente los de la planta baja, donde está el servicio de atención al cliente. Esta oficina fue barrida por la onda expansiva, que dañó las cristaleras de color rosa plomizo del edificio. Una trabajadora se golpeó fuertemente el pecho contra la mesa una vez que la onda expansiva empujó la silla en la que estaba sentada. "La mayoría de los heridos son por cristales, esquirlas y por problemas de oído", explicó el ministro del Interior, José Antonio Alonso.

El Samur montó en la glorieta de Don Juan de Borbón su hospital de campaña, donde fueron atendidas 43 personas, entre ellas seis policías que participaban en el acordonamiento. 23 heridos fueron trasladados a centro sanitarios para exploraciones más profundas, pero todos menos uno fueron dados de alta a primeras horas de la tarde.

Alonso calificó el ataque como "un atentado serio" y dio detalles sobre cómo había sido preparado. El coche había sido robado después de las 21.30 del martes en Guadalajara, porque a esa hora lo dejó aparcado en la calle su dueño. Los terroristas lo estacionaron, según testimonios recogidos sobre el terreno, entre las 7.30 y las 8.30, con el temporizador ya fijado para que estallara a las 9.35.

El ministro negó que se hubiera producido algún fallo de seguridad ante la visita que, nueve horas y media después de la explosión, iban a hacer los Reyes y Vicente Fox a Ifema para inaugurar Arco. "No hubo fallo de seguridad, porque el Cuerpo Nacional de Policía asegura como debe ser los desplazamientos de personalidades y no hay nada que temer al respecto", explicó. La policía explicó que la llamada "requisa de seguridad" final ante el desplazamiento de una personalidad a un punto concreto se hace en las horas inmediatamente anteriores (incluso en la última hora) al paso de la personalidad por esa zona. El punto de estallido no está en ninguno de los caminos naturales para llegar a Arco.

El coche bomba, instantes después de hacer explosión en la avenida de la Ribera del Sena, en el Campo de las Naciones.
El coche bomba, instantes después de hacer explosión en la avenida de la Ribera del Sena, en el Campo de las Naciones.JAVIER MOYA
El juez Garzón, junto a una herida en el atentado.
El juez Garzón, junto a una herida en el atentado.REUTERS

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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