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Reportaje:

Cuando la bisutería es arte

La Casa de Vacas exhibe 400 piezas de la coleccionista Barbara Berger en la muestra 'Total chic, ¿joyas o fantasía?'

Rosa Rivas

"Estoy encantada con el montaje de la exposición y muy feliz de que mi colección pueda verse aquí. Madrid es la capital de la moda de Europa", decía ayer entusiasmada la coleccionista estadounidense Barbara Berger en la inauguración de Total chic, ¿joyas o fantasía?, que permanecerá hasta el 3 marzo en el Centro Cultural Casa de Vacas, en el parque del Retiro.

Se trata de un viaje fantástico por la historia de la alta costura -desde 1935 a la actualidad- concentrado en 400 piezas de las más de 3.000 que Berger atesora y que firman grandes nombres de la alta costura como Coco Chanel, Balenciaga, Christian Dior, Yves Saint-Laurent, Jean Patou o Elsa Schiaparelli. Lujo, ostentación, atrevimiento, delicadeza, minuciosidad, surrealismo... La contemplación de estas obras -pendientes, broches, collares, pulseras- provoca todo menos indiferencia.

La exposición es un viaje por la historia de la alta costura, desde 1935 a la actualidad

Es bisutería, pero "es arte, es moda, es un derroche de imaginación", según Berger. Su valor "es incalculable", decía emocionada entre las vitrinas Cuca Solana, la coordinadora del programa Madrid Vive la Moda, impulsado por Ifema, y patrocinador de la muestra. "El motivo de la colección de Barbara es la belleza extremada y la extravagancia superior". Son palabras del diseñador Antonio Alvarado, artífice de que Total chic haya aterrizado en Madrid (procedente de París). Nadie habla de cifras millonarias, pero sí de pasión y satisfacción personal.

"Para mí es una forma de vivir, es parte de mi corazón", dice Berger, recopiladora precoz e intuitiva de curiosidades escondidas en las grandes firmas de moda europeas y americanas. Su colección es la segunda más importante del mundo y tiene fascinados a emperadores de la moda como Karl Lagerfeld, que ha escrito dos libros sobre ella.

"Perdí a mi madre a los 13 años, aproximadamente al tiempo que empecé la colección, y creo que fue su imagen la que tomó posesión de mi espíritu para poder continuar", confiesa Berger en el catálogo de la muestra, donde una imagen suya parece dialogar con el lector. Es la imagen que Alberto García Alix, gran retratista de la movida madrileña, captó en noviembre del pasado año, en el hotel Ritz. "Me encanta la foto: al natural, sin maquillajes ni artificios", dice Berger, quien recordaba ayer "lo agradable que fue la tarde de sesión fotográfica".

En su afán explorador, Berger ya ha curioseado por El Rastro madrileño y repetirá visita el domingo que viene. "Me encantan los mercadillos", dice esta neoyorquina cosmopolita, a quien le encanta perderse por las ciudades.

Otra de sus experiencias urbanas en Madrid estos días será una zambullida en Arco, dedicada este año al arte de México, país donde vive. "Soy americana, soy mexicana", dice Berger.

Cada año tiene una tentación para incrementar su tesoro de moda (su marido, joyero, también es cómplice). Cuenta que los galeristas le suelen ofrecer tesoros, pero ella prefiere buscar, sentir la seducción de la obra. "Necesito que la pieza me hable, notar su personalidad", comenta.

Y este atractivo puede estar en imitaciones de piedras preciosas, conchas, metal, resina, vidrio, madera o incluso plástico; en formas florales, marinas, humanas o animales, en geometrías precisas o figuras caricaturescas, en miniaturas o grandes tamaños.

La muestra Total chic parte de 1935, en la edad dorada de la moda. En esa época, los diseños, tanto en joyería como en bisutería, comenzaban a alejarse del esquematismo de la abstracción geométrica y buscaban las líneas rotundas, los trazos amplios y las evocaciones de la naturaleza (flores, aves y figuras humanas). Los adornos actuales mezclan con atrevimiento el color y los materiales, aunque sin perder el barroquismo de los antiguos.

Entre las piezas que se exponen en Casa de Vacas figuran ornamentos espectaculares, como un collar de Chanel del año 1940 en vidrio vertido, perlas de vidrio y cristales; una pulsera creada en 1950 por Christian Dior, o un collar en cristal tallado color granate y con forma de tulipán, firmado por Balenciaga. Asimismo, se exhibe un maravilloso collar con cintas de terciopelo y avestruces de metal, correspondiente a la colección que Elsa Schiaparelli dedicó al circo en los años treinta.

Por las piezas de esta diseñadora confiesa su debilidad Barbara Berger. Aunque el contenido de la colección es ingente, su poseedora las recuerda y define con verdadero mimo.

Total chic. Casa de Vacas. Parque del Retiro. Hasta el 3 de marzo. Horario: de 11.00 a 20.00. Acceso gratuito.

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Sobre la firma

Rosa Rivas
Periodista vinculada a EL PAÍS desde 1981. Premio Nacional de Gastronomía 2010. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Master en Periodismo Audiovisual por Boston University gracias a una Beca Fulbright. Autora del libro 'Felicidad. Carme Ruscalleda'. Ha colaborado con RTVE, Canal +, CBS Boston y FoolMagazine.

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