"En España el 'no' es de izquierdas, aquí no hay extrema derecha relevante"
Gaspar Llamazares (Logroño, 1957) defiende el no a la Constitución europea porque, señala, ha podido más su vinculación con los movimientos sociales y Porto Alegre que el acercamiento al PSOE y a los sindicatos, que piden el sí.
Pregunta. ¿Cuáles son los puntos para ustedes inasumibles de la Constitución europea?
Respuesta. Primero que es un tratado que no surge de un periodo constituyente, es más bien una carta otorgada, un acuerdo entre Estados. Refleja un desequilibrio profundo en favor de la dictadura del mercado que niega los aspectos sociales y ecológicos. La liebre liberal niega a la tortuga democrática y al cangrejo social.
P. ¿Qué artículos rechazan?
R. Se habla 78 veces de la necesidad de la competitividad del mercado, 28 de la estabilidad de precios y se cuentan con los dedos de una mano los aspectos sociales. En la declaración número 12, sobre el derecho a la vida, se hace una excepción a la pena de muerte en tiempo de guerra inminente y en el caso de fuga de presos o rebeliones. Desarrolla las políticas más conservadoras, como el pacto de estabilidad que rebaja el Estado social.
"Los sindicatos piden el 'sí' porque ven el vaso medio lleno. Pero los avances son pequeños"
P. ¿Pero no es eso lo que realmente hay ahora en Europa?
R. Sí, pero ahora se eleva el modelo económico a rango constitucional.
P. ¿No supone ningún avance?
R. Hay avances, no se puede negar. Se mejora en materias institucionales y sociales. Pero se aumenta el desequilibrio entre la Europa social y la Europa económica. No se reconocen derechos a los inmigrantes, se profundiza la Europa amurallada. Y en política exterior se sigue con la unanimidad, de modo que los británicos siguen controlándolo todo.
P. ¿No ven positivo el hecho en sí de que haya una Constitución europea?
R. ¿Es una forma o es un contenido? Se está dejando al margen tanto el Estado del bienestar como la paz, los dos pilares de los que surgió la Unión Europea.
P. ¿El no podría debilitar a Europa y ser utilizado por EE UU?
R. Es un argumento falaz. Al revés, esta Constitución nos americaniza.
P. Si tan negativa es en lo social, ¿cómo es posible que la apoyen los sindicatos?
R. Son muy críticos con ella, pero ellos ven el vaso medio lleno, nosotros medio vacío. Ven grandes avances, nosotros pensamos que son pequeños y que además son impagables, porque tienen el coste de constitucionalizar la política conservadora.
P. ¿Vuelven ustedes al enfrentamiento con los sindicatos de hace unos años?
R. No, tenemos diferencias en otras cosas, como el modelo de Estado o la entrada en el Gobierno vasco con el PNV. Gestionamos las diferencias de manera amigable. La gente sabe que la izquierda es plural, no siempre tenemos que coincidir con los sindicatos. [Jacques] Delors decía que Europa era como una bicicleta, si no pedaleas te caes. Yo creo que hoy hay que preguntarse hacia dónde va esa bicicleta.
P. Daniel Cohn-Bendit dice que la izquierda del no nunca va a construir Europa.
R. Él representa a la derecha del ecologismo. Es la primera vez que decimos no. Con Maastricht nos abstuvimos. Este no está muy vinculado a los movimientos sociales y a Porto Alegre. Tenemos que decirle a la derecha que no podemos aceptar su modelo.
P. Pero está pactado con la socialdemocracia.
R. Ya, pero es que desde los 80 la izquierda está en crisis, no es capaz de definir un modelo propio para la UE. Eso ha llevado a la derecha a ganar posiciones poco a poco. La izquierda tiene que plantarse.
P. IU empezó a romperse en los 90 por Maastricht, porque Nueva Izquierda pedía el sí y Julio Anguita, y usted, la abstención. ¿Si ahora no estuvieran tan divididos, apoyarían el sí?
R. Entonces la clave no era Europa, sino la oposición al PSOE y la llamada pinza con el PP. Nuestro mundo europeo, los comunistas y los ecologistas de izquierda, está por el no.
P. ¿Cómo valora el hecho de que la izquierda y la extrema derecha pidan lo mismo?
R. En España el no es de izquierdas. Aquí no hay extrema derecha política. Si alguien quiere rentabilizarlo, que haga campaña, porque aquí sólo algunos partidos de izquierda piden el no. En España no habrá un no euroescéptico o racista.
P. Hay portavoces mediáticos de la derecha que piden el no.
R. En todas las formaciones políticas hay de todo. Pero el PP pide el sí y la iglesia la abstención, y eso es lo que hay. Los sectores de la derecha que piden el no son irrelevantes.
P. ¿Y el no europeo, donde sí hay extrema derecha?
R. En el sí también está Berlusconi. Los referéndums son así, sin matices. La extrema derecha también pidió el no a la OTAN en 1986.
P. En 1978, la Constitución española tampoco satisfacía a todos, ¿usted la votó?
R. Yo sí. Pero sin periodo constituyente nunca la habríamos apoyado en el PCE. Ahora la disyuntiva no es dictadura o democracia. Entonces negociamos desde el principio, ahora casi no hemos podido. Ahora no se quiere pactar con las minorías, entonces se hizo.
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