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La Acadèmia alcanza un acuerdo sobre el dictamen del valenciano

Representantes de los dos sectores firman un texto que respeta los criterios filológicos

Ferran Bono

Representantes de los dos sectores de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), el mayoritario que defiende el criterio filológico de la unidad lingüística entre valenciano y catalán, y el minoritario, próximo al secesionismo, alcanzaron ayer un acuerdo sobre el polémico dictamen sobre el valenciano que se votará en el pleno de mañana. El texto reconoce la pertenencia a un mismo sistema lingüístico e introduce una cuña relativa a la potenciación de las formas genuinas valencianas.

El texto fue firmado ayer por los cuatro últimos negociadores: el presidente en funciones, Josep Palomero, y Honorat Ros, por una parte; y Àngel Calpe y Ramon Ferrer, por otra. El objetivo era buscar el máximo consenso y la unanimidad para presentarlo como propuesta de dictamen en el pleno del miércoles. El texto es muy fiel al principio de acuerdo que alcanzaron en Benidorm varios académicos y el consejero portavoz, Esteban González Pons, al que el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, al final no dio el visto bueno.

Las reuniones se sucedieron en la mañana de ayer, justo antes de que expirara el plazo de presentación de enmiendas a las 15.00. Primero, representantes de los 13 académicos (sobre un total de 20) que defienden los criterios filológicos de la unidad lingüística mantuvieron un encuentro para sellar una propuesta definitiva, tras los cambios operados durante el fin de semana. Palomero había llegado a un principio de acuerdo la noche del viernes con los representantes próximos al secesionismo. Pero académicos del Institut Interuniversitari de Filologia Valenciana, entre otros, opusieron numerosas objeciones a este principio de acuerdo.

Un poco más tarde, Palomero y Ros se reunieron con Calpe y Ferrer en un encuentro, en el que participaron esporádicamente más académicos, con el fin de cerrar un texto consensuado que suaviza en algún extremo la redacción y contenido del de Benidorm, si bien mantiene la mayor parte del argumentario y exposición del mismo.

Se trata de una propuesta de dictamen que respeta los criterios de la romanística internacional en cuanto a la unidad lingüística entre valenciano y catalán, al tiempo que suprime el uso en el ámbito internacional del doblete valenciano/ catalán que se contemplaba sólo a modo de ejemplo. Esta fórmula, sin embargo, fue la punta de lanza del rechazo radical y del bloqueo del Consell al primer dictamen que se iba a debatir el 22 de diciembre. El consejero de Educación y Cultura, Alejandro Font de Mora, irrumpió en el pleno, calificó el contenido del texto de ilegal y amenazó con cambiar la ley de la Acadèmia si ésta aprobaba el texto.

Desde entonces, no han cesado las reuniones con el objeto de volver a presentar un dictamen, al tiempo que las presiones y las injerencias del Consell para que la Acadèmia no se pronuncie sobre la naturaleza del valenciano han seguido hasta el punto de que el Consell ha filtrado un anteproyecto de ley para cambiar la norma de creación de la Acadèmia.De modo que el pleno de mañana debatirá un texto que ha sido aprobado por representantes de los dos sectores de la Acadèmia. En realidad, ya pasó con el primer documento del dictamen, elaborado por Calpe y Ferrer y por Rafael Alemany y Manuel Pérez Saldanya (ambos del Institut Interuniversitari), que han sido reemplazados por los más políticos Palomero y Ros. Las duras presiones del Consell, sin embargo, hicieron rectificar a los académicos próximos al secesionismo.

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Ahora, el texto vuelve al pleno con una redacción suavizada, con nuevas cláusulas, que enfatiza los aspectos autóctonos del valenciano, pero que conserva en grandes líneas los postulados defendidos desde el principio y, en particular, por el denominado pacto de Benidorm. Esteban González Pons rechazó el pasado viernes que él hubiese llegado a un acuerdo sobre la materia en la ciudad de La Marina Baixa. La principal oposición del Consell a los dictámenes precedentes radicaba en la aparición del nombre catalán.

De ahí, la presión para llegar a un dictamen similar al del Consell Valencià de Cultura, que emplea una perífrasis que se remonta al sistema lingüístico de la antigua Corona de Aragón y que viene a decir que el valenciano y el catalán son la misma lengua sin utilizar el término catalán. Un ente normativo tiene que ir más allá de un pronunciamiento de este tipo, a juicio de la mayoría del pleno de la Acadèmia que, el 25 de junio, aprobó por una amplia mayoría elaborar una ponencia sobre la naturaleza del valenciano. El texto que se discutirá mañana lleva por nombre Dictamen sobre els principis i criteris per a la defensa de la denominació i l'entitat del valencià. En él se ha intentado eliminar también las cuestiones que un informe no vinculante del Consell Jurídic Consultiu consideraba fuera de la competencia de la Acadèmia.

El texto acordado ayer repasa la noción de lengua como sinónimo de sistema lingüístico y señala que la lengua propia e histórica de la Comunidad Valenciana desde el punto de vista filológico es también la que comparten Cataluña y Baleares. Además, históricamente, otros antiguos territorios de la Corona de Aragón, como L'Alguer, la franja aragonesa próxima a Cataluña o Perpiñán, comparten la misma lengua.

También se indica que todas las diferentes hablas citadas constituyen un mismo sistema lingüístico, como marca la romanística y la filología internacional. Hay una alusión al dictamen del Consell de Cultura y se hace un repaso histórico de la coexistencia y pervivencia de los diferentes nombres de la lengua, entre los que se incluyen el catalán y el valenciano. Este último es definido como la denominación propia, legal y extendida, como viene siendo habitual en los pronunciamientos de la Acadèmia, sin rechazar otras denominaciones.

Ayer mismo se introdujo una referencia en el dictamen sobre el papel que debe desempeñar la Acadèmia como potenciadora de las formas genuinas del valenciano. En los primeros acuerdos adoptados sobre normativa también se puso énfasis en este aspecto, sin que se expresase una oposición al uso de otras formas aceptadas por la normativa.

El acuerdo adoptado ayer "es un paso importante para conseguir el acercamiento definitivo de posturas", según fuentes de la Acadèmia citadas por Europa Press, que presentaban el texto como un principio de acuerdo, cuya negociación aún no ha terminado con el objeto de "pulir las reticencias". Reticencias que "quedan en algunos miembros del sector que representa a la Universidad", según manifestó Àngel Calpe, a la misma agencia. A la aceptación del texto por los representantes próximos al secesionismo lingüístico y a los postulados del Consell ha contribuido la negociación y presión política paralela ejercidas desde diversos ámbitos y en las que entrarían cuestiones ajenas al conflicto lingüístico.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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