"Sin ellos, no habría quien recogiera la cosecha"
"Veo bien este proceso de regularización de inmigrantes, porque si no fuera por ellos no habría quien cogiera la cosecha de aceituna". Tomás Córdoba Herreros, un empresario agrícola, fue el primero en tramitar un contrato de trabajo para un empleado inmigrante en las oficinas de la Seguridad Social de Jaén. Lo hizo a las 16.00 de ayer y apenas tuvo que esperar media hora en la cola. Había llegado desde la pequeña localidad de Benatae, en la comarca de la Sierra de Segura, acompañado del beneficiario de los trámites burocráticos, Hamid Ratni, un argelino de 34 años, que llevaba cinco años trabajando en el municipio jiennense y que ahora podrá disfrutar, al menos, de un contrato de tres meses, plazo mínimo exigido por el Gobierno en el caso de la agricultura.
"Claro que me parece bien, pues ahora ya no tendré miedo de nada", declaraba el trabajador, que se quejaba de la complejidad para obtener la documentación exigida. Hamid, que ha ganado unos 42 euros al día en la campaña de recolección de la aceituna, podrá ahora seguir trabajando en otras labores agrícolas en las casi 2.000 olivas que explota su patrón, que le facilita también el alojamiento. Tomás Córdoba advierte, no obstante, que este proceso de regularización debe centrarse en "la gente trabajadora y no en los delincuentes".
La primera jornada para presentar la documentación de cara a la legalización de los sin papeles en España transcurrió con normalidad y sin colas en Jaén. Apenas una decena de empresarios, acompañados de sus empleados, aguardaban cuando se abrieron las puertas de la oficina.
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