Los ayatolás chiíes quieren un Irak islamizado dirigido por laicos
Los suníes exigen una fecha de retirada de las tropas de EE UU para cooperar en la Constitución
El líder espiritual de los chiíes iraquíes, el gran ayatolá Alí Sistani, que consiguió configurar la lista electoral que ha ganado las pasadas elecciones generales, se declaró ayer partidario de un Irak islamizado y dirigido por laicos. "La Hauza [especie de colegio cardenalicio islámico, que incluye a los cinco grandes ayatolás chiíes, cuatro en Irak y uno en Irán] quiere que el islam sea la fuente de inspiración de la Constitución y del Gobierno", dijo también el jeque Ibrahim Ibrahimi, representante del gran ayatolá Mohamed Ishak al Fayed, quien, como Sistani, es miembro de la Hauza.
Las declaraciones de los máximos representantes del chiísmo se produjeron mientras los partidos religiosos chiíes se disponen a tomar posiciones en la nueva Asamblea constituyente, encargada de redactar la Carta Magna. El papel exacto que jugará el islam en la Constitución y en la legislación iraquí es objeto del actual debate entre los clérigos iraquíes.
"Todos los ulemas, la Hauza y la mayoría del pueblo iraquí piden a la Asamblea Nacional que haga del islam en la Constitución una fuente permanente de legislación y que rechace toda ley que sea contraria al islam", afirmó Ibrahimi en un comunicado. "Si quieren la estabilidad y la seguridad del país no deben de tocar los valores y las tradiciones islámicas",
prosigue el texto. Esta cuestión fue uno de los mayores puntos de fricción a la hora de redactar la ley fundamental transitoria, que se promulgó el pasado marzo.
Después de grandes discusiones y una amenaza de veto por parte del administrador estadounidense, Paul Bremer, el Consejo de Gobierno, el Ejecutivo mombrado por los norteamericanos, escogió una versión moderada. "El islam es la religión del Estado y debe ser considerado como una fuente de la legislación. Ninguna ley que contradiga los preceptos universalmente reconocidos por el islam puede ser aceptada", se escribió en la Constitución iraquí provisional.
"Advertimos a los responsables contra una separación entre el Estado y la religión, porque esto es rechazado totalmente por los ulemas y la Hauza y no aceptaremos ningún compromiso en esta cuestión", dijo Ibrahimi. "Aconsejamos al Gobierno que no tome decisiones que enfrenten a los musulmanes, como el reclutamiento de musulmanes y la publicación de sus fotos con instructores extranjeros", añadió.
En respuesta a estas declaraciones, el vicepresidente de EE UU, Dick Cheney, dijo en Washington que no ve una teocracía a la iraní en Irak, pero tampoco una "versión iraquí de Estados Unidos". El vicepresidente señaló que los iraquíes redactarán su Constitución "de acuerdo con su cultura, su historia y sus creencias y con el papel que quieran dar a la religión en su sociedad".
Exigencia suní
La minoría suní dijo ayer que no participará en la redacción de la Constitución mientras no exista un calendario oficial de retirada de las tropas norteamericanas. A lo que Cheney respondió que la retirada no puede estar ligada a una fecha artificial, sino al "cumplimiento de la misión". "Con un Gobierno iraquí en su sitio y unas fuerzas de seguridad capaces de hacerse cargo de la situación, nos retiraremos. No tenemos ningún deseo de permanecer un día más de lo necesario", subrayó Cheney.
Mientras, el recuento de votos de las elecciones del pasado día 30 prosigue lentamente. La Comisión Electoral indicó que tendrá los resultados definitivos para el próximo jueves. Según el recuento parcial, la Alianza Unida Iraquí, que impulsó Sistani, consigue el 67% de los votos de los más de tres millones escrutados en 10 provincias de mayoría chií. La lista del primer ministro, Ayad Alaui, un chií laico, es la segunda más votada, con el 17,5% de los votos.
Otros 300 presos iraquíes de la tristemente famosa prisión de Abu Ghraib fueron liberados ayer, lo que eleva a 800 el número de detenidos que han sido puestos en libertad en lo que va de año. La decisión se enmarca en los esfuerzos realizados por las tropas norteamericanas para mejorar su imagen después del escándalo de los maltratos practicados contra decenas de prisioneros iraquíes en ese centro de detención.
Cerca de Abu Ghraib fueron hallados ayer los cadáveres de cinco policías acribillados a balazos, con lo que se eleva a 15 el número de agentes muertos encontrados en el área desde el pasado jueves, cuando se informó de un ataque insurgente contra un convoy policial en los alrededores de la localidad.
La violencia sigue martirizando a los iraquíes. Un soldado y un civil murieron en un tiroteo cerca de Samarra, 120 kilómetros al norte de Bagdad. Y en Balad, a medio camino entre Samarra y Bagdad, un civil murió y cuatro soldados resultaron heridos por la explosión de una bomba.
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