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Entrevista:SOLEDAD MURILLO | Secretaria general de Políticas de Igualdad | REFERÉNDUM EUROPEO | La Constitución y los ciudadanos

"Las mujeres nos jugamos muchísimo en la Constitución"

Del "aprobado" al "notable alto" en igualdad entre mujeres y hombres. La Constitución europea da un espaldarazo a este principio: lo asume como un valor de la Unión, obliga a garantizarlo en todos los terrenos y respalda la discriminación positiva como herramienta para alcanzarlo. Para las españolas supondrá un paso adelante, porque el texto que se votará en referéndum el 20-F "concreta y amplía profundamente nuestra ley fundamental respecto a este principio recogido en su artículo 14". Así lo afirma la secretaria general de Políticas de Igualdad, Soledad Murillo.

La norma que deben aprobar los 25 Estados de la Unión Europea "obliga a que la igualdad sea un logro, y no un principio", detalla la máxima responsable del Gobierno en esta materia. "El hecho de que este valor impregne el articulado la Constitución Europea, un marco de obligado cumplimiento, compromete a los Gobiernos a avanzar mediante leyes. Si no lo hacen, los ciudadanos pueden ejercer la acción popular para reclamarlo", afirma Murillo, profesora de sociología en la Universidad de Salamanca hasta estrenar el cargo público de nueva creación.

El nuevo texto "obliga a que la igualdad sea un logro, y no un principio"
La Constitución "avala, legitima y acredita" las medidas de discriminación positiva
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Esta responsable sin carné socialista está convencida de que este texto "eficaz" será muy positivo para que las europeas alcancen la igualdad real con los europeos (los niveles actuales varían según los Estados). "Será un texto único para 456 millones de ciudadanos en el que no se habla de pueblos, sino de ciudadanos, sean hombres o mujeres". "Si se aprueba, permitirá un gran salto adelante en todos los países, y no sólo en aquellos en los que el Gobierno de turno esté sensibilizado con la igualdad", añade.

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A juicio de Murillo, una de las grandes ventajas de la Constitución Europea es la inclusión de artículos "relacionados con la autonomía de las mujeres". Cita entre ellos el derecho a un empleo. "En España existe una resistencia enorme a contratar mujeres y el paro femenino duplica al masculino", detalla. La Unión se compromete a apoyar la acción en pro de "la igualdad entre mujeres y hombres por lo que respecta a las oportunidades en el mercado laboral y al trato en el trabajo" (artículo III-210.1).

La ley fundamental también pone el dedo en la llaga de la discriminación salarial. Por término medio, las europeas ganan un 16% menos que los europeos por hora trabajada, y las españolas, un 18% menos, según la oficina estadística comunitaria. La Constitución Europea establece: "Cada Estado miembro garantizará la aplicación del principio de igualdad de retribución entre trabajadoras y trabajadores por el mismo trabajo o por un trabajo de igual valor" (artículo III-214). Para medir este último concepto se tienen en cuenta elementos como la carrera profesional femenina y masculina. "En España, la diferencia retributiva entre mujeres y hombres es mayor entre las personas que realizan un trabajo de igual valor que entre las que tienen idénticos puestos. En el primer caso se sitúa entre el 25% y el 30%", dice Murillo.

La Constitución europea "avala, legitima y acredita" la discriminación positiva para remover las desigualdades, añade la responsable de igualdad. La ley fundamental española entreabrió esa vía en su artículo 9.2. "Con la acción positiva no se trata de forzar la legislación ni de jugar con cartas marcadas a favor de las mujeres, sino de corregir las desigualdades de partida para que las oportunidades sean las mismas en cualquier aspecto", explica.

Murillo también aprecia que la Constitución europea ampare contra el despido por causas relacionadas con la maternidad (artículo II-93). "Proteger la maternidad significa reconocerla como una materia social. Obviamente, se trata de un hecho biológico a cargo de las mujeres, pero en ningún caso es un asunto exclusivo de ellas. Tener un hijo no debe penalizarlas", considera. "Al reconocer esa protección se está hablando también de que toda persona tiene derecho a conciliar su vida laboral y familiar", añade.

"Las mujeres nos jugamos muchísimo en la aprobación de la Constitución", considera Murillo, acérrima del sí. "La igualdad, que también compete a los hombres, se logra a costa de democratizar la vida pública, la vida cotidiana y la vida empresarial, porque nadie puede tener privilegios a costa de mermar los derechos del otro", afirma. Su "notable" a la Constitución en igualdad podrá llegar a sobresaliente "si los gobiernos la desarrollan".

Soledad Murillo, en su despacho.
Soledad Murillo, en su despacho.BERNARDO PÉREZ

Igualdad entre mujeres y hombres. Artículo II-83.

"La igualdad entre mujeres y hombres deberá garantizarse en todos los ámbitos, inclusive en materia de empleo, trabajo y retribución. El principio de igualdad no impide el mantenimiento o la adopción de medidas que supongan ventajas concretas en favor del sexo menos representado".

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