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El Senado de EE UU confirma a Gonzales como fiscal general

Alberto Gonzales, nombrado responsable de Justicia por George W. Bush y confirmado por el Senado con una votación (60-36) que refleja la polémica sobre su nombramiento, dijo ayer, en su toma de posesión, que el presidente le ha encargado que proteja al país de posibles atentados terroristas: "Pero lo haremos de forma coherente con nuestros valores y con nuestras obligaciones legales".

Gonzales, 49 años, de origen mexicano y familia humilde, y el primer hispano que ocupa la cartera de Justicia en EE UU, ha recibido fuertes críticas de los demócratas y de grupos de defensa de los derechos humanos porque, en calidad de asesor jurídico de la Casa Blanca, contribuyó a poner en pie la política de no aplicar a cientos de detenidos tras el 11-S las garantías previstas en la Convención de Ginebra. En su opinión, según un informe de enero de 2002, los requisitos de Ginebra son "obsoletos y peregrinos" en la guerra contra el terrorismo.

En su comparecencia ante el Senado, Gonzales -amigo y colaborador de Bush desde sus tiempos de Tejas- aseguró: "La tortura y los malos tratos no serán tolerados por este Gobierno". Una afirmación insuficiente para el senador Ted Kennedy, que le acusó de estar "en el centro de la decisión gubernamental de autorizar a nuestras fuerzas a que cometieran flagrantes actos de tortura en los interrogatorios de los detenidos". Más suave, el senador Charles Schumer dijo: "Me gusta Gonzales y le respeto, como persona y por lo que representa, pero no estoy seguro de que sea el hombre adecuado para este puesto crucial".

Entre otras cosas, el secretario de Justicia tiene que revisar la política sobre los detenidos en Guantánamo, cuestionada por el Supremo y por otras decisiones de jueces y tribunales; debe pedir al Congreso la renovación de la Ley Patriótica, el primer y polémico cuerpo de normas antiterroristas tras el 11-S; y está obligado a investigar el capítulo de las torturas en prisiones militares y la filtración de la Casa Blanca por la que se hizo público el nombre de una agente de la CIA casada con el diplomático que había denunciado que Sadam Hussein nunca llegó a comprar uranio en Níger.

Gonzales mereció las alabanzas republicanas. Según el senador Charles Specter, "es un hombre de gran capacidad intelectual" y de una impresionante biografía personal, y todo ello "le hace merecedor del puesto".

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