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GM acusa a Fiat de violar acuerdos y anula la opción de compra prevista

Enric González

General Motors (GM) decidió mantener el farol hasta el final. El mayor fabricante automovilístico del mundo comunicó ayer a la Bolsa de Nueva York que consideraba nulo su compromiso para comprar Fiat Auto porque la sociedad italiana había "violado las condiciones firmadas el 13 de marzo de 2000". Fiat, por su parte, reafirmó que desde ayer mismo, y hasta el 24 de julio de 2010, podía ejercitar en cualquier momento la opción de venta de su división automovilística.

Se perfilaba en el horizonte un largo pleito en los tribunales neoyorquinos, aunque los bancos sospechaban que tanto en Detroit como en Turín se limitaban a endurecer las respectivas posiciones para seguir negociando. Las acciones de Fiat, que habían subido en los últimos días, cayeron el 5,3%.

El acuerdo put (opción de compra) por el que General Motors se comprometió a comprar el 80% de Fiat Auto expiró a medianoche del martes. La empresa estadounidense, muy endeudada y con fuertes pérdidas en su filial europea Opel, ya había anunciado que no iba a "casarse" con Fiat, una sociedad en estado casi crítico, y prácticamente todos los bancos de negocios suponían que aceptaría pagar una indemnización de entre 1.500 y 3.000 millones de euros para que los italianos renunciaran al put.

Reunión de seis horas

Pero el Consejo de Administración de General Motors, reunido durante casi seis horas, no lanzó ninguna oferta de última hora. No hizo nada. Consideró que el siguiente movimiento correspondía a Fiat, que podía dar por anulado el acuerdo (cosa muy improbable) o ejercitar la opción put. En caso de que Fiat diera ese paso, General Motors recurriría a una de las cláusulas del contrato firmado en 2000 y cedería la resolución del conflicto a un tribunal de Nueva York.

El portavoz de General Motors, Jerry Dubrowski, argumentó que Fiat había cometido un doble incumplimiento del contrato: la primera, cuando en febrero de 2003 amplió en 5.000 millones el capital de Fiat Auto; la segunda, al mes siguiente, cuando vendió el 51% de Fidis, filial financiera de Fiat Auto, a un consorcio bancario italiano, reduciendo el patrimonio de la sociedad. En 2002, General Motors había ya reconocido que su acuerdo con Fiat fue un gran error y redujo en su balance el valor de su 20% en Fiat Auto, desde 2.400 millones de dólares a sólo 200 millones. Dos años después del acuerdo, calificado de "megaalianza" y "revolución de la industria automovilística europea", el gigante de Detroit admitía que había cometido un error garrafal. Desde ese momento, la cuestión que se plantearon los inversores, especialmente los bancos acreedores de las dos empresas, se centró en cuánto estaría dispuesta a pagar GM para redimir la metedura de pata. La crisis quedó ayer en un limbo temporal, a la espera de que una de las partes diera un paso.

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