La muerte de una niña palestina hace peligrar el alto el fuego en Gaza

La muerte de una niña palestina de 10 años, cuando se encontraba en una escuela en Rafah, amenazó ayer con hacer tambalear el frágil alto el fuego establecido hace dos semanas por las facciones radicales en la franja de Gaza. La situación es delicada según se desprende de las declaraciones de Hamás y de la actuación de sus milicias, las Brigadas de Ezzedine al Kassam, que culparon a los soldados israelíes del ataque y como respuesta lanzaron cinco misiles sobre los asentamientos de Ghus Katif.

La pequeña Noran Deeb murió ayer al mediodía de un tiro en la cabeza cuando se encontraba en el patio de la escuela de la ONU de Rafah, formando una cola con otras alumnas, que esperaban volver a clase después de una hora de recreo. Otros disparos simultáneos hirieron a una compañera en la mano y provocaron el pánico en el resto de los escolares, que despavoridos trataron de buscar refugio en las instalaciones.

Paul McCann, portavoz de la ONU en Gaza y administrador de la escuela, condenó la agresión y aseguró que era el quinto alumno de la escuela alcanzado por las balas mientras se encontraban en el interior de las instalaciones. Dos de estos menores murieron mientras estaban sentados en sus pupitres, una tercera ha quedado ciega como consecuencia de los disparos y la última fue alcanzada por una bala en el cuello.

Las milicias radicales de Hamás acusaron del incidente a las tropas israelíes apostadas en la frontera con Egipto y respondieron al ataque lanzando cinco misiles artesanales sobre el asentamiento cercano de Guhs Katif. Los obuses no causaron heridos, pero provocaron daños en la vivienda de un colono del enclave religioso de Neve Dekalim. Un portavoz de Hamás, Abu Obeida, afirmó en tono amenazador que "la resistencia continuará atacando, mientras no cesen las agresiones sionistas".

A pesar de estas acusaciones, el suceso fue investigado de inmediato por el Ejército, que aseguraba ayer a última hora de la tarde que el fuego de los fusiles había sido efectuado por un grupo de milicianos palestinos que había disparado aparentemente al aire para celebrar el retorno de un grupo de vecinos de su peregrinaje a La Meca.

El ministro de Defensa israelí, Saúl Mofaz, y el ex ministro del Interior palestino el general Mohamed Dahlan trataron ayer del suceso en una reunión extraordinaria celebrada en Jerusalén, que tenía como punto principal del orden del día el plan de repliegue de las tropas de Israel de cuatro ciudades palestinas de Cisjordania. Mofaz y Dahlan pactaron que lo sucedido en la escuela de Rafah no debía afectar a los planes de retirada de las ciudades palestinas de Cisjordania.