El Gobierno usará desaladoras para descargar el trasvase Júcar-Vinalopó
El Gobierno recurrirá a la desalación, entre otras medidas, para descargar de demandas al Vinalopó, que recibirá menos agua de la prevista. El trasvase Júcar- Vinalopó daba "la espalda al medio ambiente" y es "un ejemplo de lo que no se debe hacer en la política hidráulica". Así lo manifestó ayer el director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, tras asistir a la reunión final de la comisión que ha estudiado la viabilidad del proyecto. Palop destacó que los trabajos de la comisión, con presencia de las administraciones, regantes y la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), han puesto de manifiesto que existía "una gran desconocimiento" sobre los recursos reales del Júcar, que el proyecto "generaba tensiones" y se inició -bajo el Gobierno del PP- con "poca transparencia". A partir de esta crítica, y tras destacar que sólo el consenso permite soluciones "duraderas", Palop estableció las prioridades para realizar el trasvase al Vinalopó: antes de transferir agua deberán cubrirse las necesidades ambientales del sistema del Júcar -el caudal ecológico del río y los aportes a L'Albufera-, y sus regadíos, y será necesario acometer la modernización de "todas" las infraestructuras que posibiliten una gestión eficaz de la cuenca -las actuaciones de la Generalitat en la Acequia Real del Júcar "están muy atrasadas"-. Además, "se consensuarán unas normas de explotación" para el trasvase. Palop explicó que las poblaciones costeras se abastecerán con agua de desalación "para descargar de demandas" a la zona del alto y medio Vinalopó. El ministerio también estudiará redimensionar la tubería del proyecto.
El director general del Agua, acompañado por el presidente de la Confederación del Júcar, Juan José Moragues, resaltó que ha quedado claro que "no es cierto que hubiera 80 hectómetros cúbicos disponibles a trasvasar". Los modelos de simulación arrojan una horquilla de de 12 a 62 hectómetros cúbicos, de media anual, para llevar al Vinalopó. Esos cálculos incluyen el recurso a aguas subterráneas, una solución que no gusta a los regantes del Júcar. Palop explicó que el trasvase es "viable" para los regantes del Vinalopó -que aún no han comenzado a pagar las obras, de las que sufragan un tercio- con 20 hectómetros cúbicos anuales.
El Gobierno criticó que el proyecto original usara modelos que dieron prioridad al abastecimiento urbano del Vinalopó, una "manipulación" de los datos que arrojó más agua para el trasvase. La FNCA y Xúquer Viu insistieron en las alternativas al trasvase.
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