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Sanidad sancionará a la clínica Sear por falta de atención a los pacientes

Medio centenar de familias denunciaron el "trato inhumano" que recibían los pacientes

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Concierto renovado

El centro es privado, tiene un concierto para atender a pacientes de la sanidad pública y es el hogar de 330 enfermos terminales y crónicos. Pese a la sanción, Sanidad renovará el concierto con la clínica y aumentará el dinero que le da a cambio de que aumente el personal.

La última y más grave denuncia contra la clínica Sear fue presentada ante Sanidad el pasado 10 de diciembre y estaba firmada por 51 familiares de enfermos ingresados en la clínica. En ella, los afectados afirmaron: "Denunciamos que las deficiencias que presenta la clínica son de todo punto inadmisibles. Los enfermos pasan horas nadando entre sus excrementos y vómitos sin ser atendidos. Hay una desatención habitual. Los suelos pasan horas sin limpiar".

Falta de material

"Hay una carencia de material sanitario e higiénico, como pijamas, toallas, pañales, sábanas, cuñas... Los familiares tenemos que traer de nuestras casas jabón, toallas, medicamentos, pomadas y cremas hidratantes. Las comidas están mal preparadas, lo que provoca el rechazo de muchos enfermos hacia ellas y quedan mal alimentados", continuaba la denuncia, que reclamaba la intervención inmediata de la Consejería de Sanidad.

Luis Tiemblo, el director gerente de la clínica, admitió a EL PAÍS que parte de las carencias denunciadas por los familiares podían ser ciertas. Atribuyó la mayor parte de los problemas a la falta acuciante de personal: "Nos falta personal. No encontramos a enfermeras y auxiliares que quieran trabajar aquí. Contratamos a siete enfermeras en noviembre y todas se han marchado. Prefieren hacer sustituciones de Navidad en la sanidad pública que trabajar con enfermos crónicos y terminales. Estamos intentando traer enfermeros de Colombia y Ecuador, pero la burocracia es muy lenta", explicó el pasado 28 de diciembre.

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El gerente de la clínica, además, denunció el difícil papel de un centro que debe atender a enfermos en una situación muy complicada: "Ni los hospitales públicos ni, muchas veces, las familias quieren responsabilizarse de unos enfermos que no vienen aquí a curarse, sino a morir o a pasar años en unas condiciones de deterioro físico y psíquico extremo. Recibimos lo que la sociedad no quiere ver ni cuidar y nadie nos ayuda", declaró. Tiemblo también criticó que el concierto de Sanidad, unos 66 euros por persona y día, era "escaso, entre un 5% y un 10% del coste real de la atención a los enfermos". Sin embargo, el Tiemblo hizo una defensa encendida de la actitud de los trabajadores y negó que éstos, a parte de las limitaciones debidas a la falta de persona, desatendieran deliberadamente a los enfermos: "Aquí hay gente extraordinaria, trabajadores y familiares, que llevan años entregándose en el cuidado y la atención de los enfermos", concluyó.

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