La organización Interprofesional del Aceite de Oliva, paralizada tres años después de su creación

Tres años después de su constitución, la Interprofesional del Aceite de Oliva, un órgano en el que se integra una veintena de representantes del sector oleícola, se encuentra paralizada y no ha cumplido los objetivos para los que nació: la promoción, tanto nacional como internacional del aceite, y la cooperación para ordenar y estabilizar el mercado, dando transparencia y evitando movimientos especulativos para conseguir precios estables. La Ley de la Competencia ha abortado cualquier intento por regular el mercado, por lo que el sector aboga ahora por impulsar los trabajos de promoción e investigación.

El consejo de la Interprofesional está formado por una veintena de miembros, que representan al sector productor -a excepción de COAG que no firmó el acuerdo al rechazar la representatividad de los productores-, a las cooperativas, a las almazaras industriales y a las asociaciones de envasadores y exportadores. La ministra de Agricultura, Elena Espinosa, ha reconocido que la Interprofesional "ha estado paralizada", a su juicio por "las tensiones del sector al no tener un futuro despejado". Ahora, tras la aprobación de la nueva OCM y el nuevo régimen de ayudas hasta el año 2013, la ministra cree que es el momento de "relanzar" este instrumento.

En la última reunión de la Interprofesional, celebrada el pasado jueves, se acordó pedir una reunión con el Ministerio de Agricultura para intentar desbloquear la parte relacionada con el mercado. En caso de no avanzar en este terreno, ya se escuchan varias voces reclamando la reactivación de este órgano. Una de ellas es la de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), cuyo secretario general en Andalucía, Agustín Rodríguez, ocupa la tesorería de la Interprofesional. Rodríguez ha admitido que "no hay ninguna actividad" en este instrumento del sector oleícola, por lo que aboga por centrar los esfuerzos en las tareas de promoción y comercialización del aceite.

En esa línea, aún está pendiente la autorización por el Gobierno de una tasa, de 0,30 euros por kilo, por la que el sector aspiraba a recaudar unos 30 millones de euros para autofinanciarse su campaña de promoción. Rodríguez no ha ocultado las dificultades para activar esta campaña por la existencia de unos 2.000 puntos de venta (almazaras) que deben ser los que facturen a las envasadoras. Tampoco se ha avanzado en la línea de investigación y desarrollo, y la única actividad ha llegado de la mano del programa de operadores del sector oleícola, dirigido a trabajos para mejorar la calidad del aceite y financiado con el 0,30% de las ayudas comunitarias.

Sin embargo, el ámbito más controvertido de la Interprofesional ha sido el interés de los grandes productores por ordenar el mercado e influir en los precios del aceite. El secretario general de Asaja en Jaén, Francisco Molina, elegido recientemente presidente del grupo de trabajo del aceite del COPA-COGECA (un foro de las cooperativas y las organizaciones agrarias en la Unión Europea), ha acusado al actual Gobierno de paralizar la Interprofesional y considera que ésta puede contribuir a "evitar los vaivenes y dientes de sierra en el mercado". Molina no cree lógico que se hayan producido oscilaciones en el precio del aceite del 33% en la última campaña, algo que achaca a la "manipulación del mercado por agentes externos", en referencia directa a los grandes grupos de distribución oleícola.

Sin embargo, Agustín Rodríguez, de la UPA, señala que la Interprofesional es un "órgano autónomo" del sector y recuerda que el objetivo de ordenar el mercado se truncó en la anterior legislatura, gobernada por el PP, cuando el Ministerio de Hacienda advirtió de su ilegalidad por contravenir la Ley de la Competencia. Además, Rodríguez se ha mostrado extrañado por el interés de Asaja en reactivar la Interprofesional, máxime por la ausencia de su presidente nacional, Pedro Barato -que preside también la Interprofesional- de las últimas asambleas celebradas.