La banca reinventa los depósitos
Para ganar atractivo, las entidades los combinan con fondos y alargan sus plazos para mejorar su tratamiento fiscal
Los depósitos que ofrecen bancos y cajas no son ninguna bicoca en el actual entorno de bajos tipos de interés. Sin embargo, para inversores que no quieren riesgos se ofrecen como una opción interesante frente a otros productos como los fondos de dinero (en 2004 rentaron el 1,1%) o sobre los garantizados. Para mejorar su escaso atractivo, las entidades los ofrecen con altas rentabilidades si se invierte en fondos y destacan los de plazos largos, que gozan de mejor trato fiscal.
Pese a sus bajos tipos, los depósitos son el producto en el que más ahorran las familias, con 376.754 millones
La referencia para saber si la entidad financiera paga lo adecuado en un depósito está en la rentabilidad de la deuda pública al mismo plazo
Los depósitos bancarios son el producto financiero más utilizado por las familias españolas para ahorrar. A septiembre del pasado año, el volumen en depósitos a plazo alcanzaba 376.754 millones de euros, con otros 83.521 millones en aquellos denominados a la vista.
Sin embargo, el entorno de bajos tipos de interés -el precio del dinero en la zona euro sigue anclado en el 2%- ha jugado en contra de ellos, y aunque el dinero ha seguido entrando en los depósitos, durante los últimos años su ritmo de crecimiento ha caído. El ahorrador tiene más alternativas para colocar su dinero con total seguridad, aunque no siempre son más rentables. Con la excepción de las buenas ofertas lanzadas sobre todo por la banca on line limitadas a periodos de tiempo muy corto, en los depósitos se pueden alcanzar rentabilidades superiores a las que ofrecen otros productos seguros como los fondos de dinero, los de renta fija a corto plazo e, incluso, algunos garantizados.
El año pasado los fondos de dinero acumularon una rentabilidad media del 1,14% que llegó al 1,65% en los de corto plazo y al 2,63% en los garantizados de renta fija. Rentabilidades que pueden ser superadas por determinados depósitos, sobre todo respecto a las dos primeras categorías de fondos.
En este entorno de bajos tipos existen fórmulas dentro de los depósitos que les hacen ganar atractivo. Se trata de los depósitos crecientes en los que el interés va subiendo a medida que pasan los años, los depósitos fiscales que buscan el mejor tratamiento tributario de las ganancias que se obtienen y, por último, lo que en la jerga bancaria se conoce como depósitos duales, que combinan una imposición a plazo fijo con la colocación de una parte idéntica de dinero en un fondo de inversión gestionado, lógicamente, por la misma entidad financiera en la que se tiene el depósito.
Como normas generales, las entidades -salvo en el caso de las on line- siempre pagan más cuando los plazos son más largos. Un atractivo que puede tornar en un inconveniente si los tipos del euro comienzan a repuntar, posibilidad descartada por el momento, para la primera mitad del año. También el ahorrador debe tener muy en cuenta las penalizaciones si dispone de ese dinero antes de finalizar el plazo previsto.
Un punto de referencia para saber si el banco o la caja nos está dando lo adecuado en el depósito es comparar el plazo del mismo con la rentabilidad que ofrece la deuda pública a esos mismos plazos. Las letras a un año rentan el 2,17%; los bonos a tres años, el 2,58%, y los de cinco años, el 2,86%, de acuerdo con las últimas subastas celebradas por el Tesoro Público. En esos niveles debe moverse la rentabilidad del depósito.
En los depósitos crecientes habrá que tener en cuenta la rentabilidad final del producto, ya que en los primeros años es mejor. Eso sí, su atractivo radica en poder disponer antes del dinero sin penalización, característica que no es habitual en los depósitos a plazo normales. Por ejemplo, en el caso de los depósitos crecientes del Banco Sabadell se puede recuperar la inversión a partir del séptimo mes, para depósitos a 25 o 36 meses, y a partir del decimotercer mes para el depósito a 60 meses. Aunque la oferta de estos depósitos es muy variada en este caso y a plazo de cinco años se obtiene una TAE (tasa anual efectiva) del 2,71%. Además, son flexibles para cobrar los intereses (mensual, trimestral, anual).
Los depósitos fiscales aprovechan el mejor tratamiento impositivo a las ganancias generadas que se consigue a partir de los dos años de permanencia en un depósito. Están especialmente indicados para las rentas medias y bajas. Los intereses de los depósitos de bancos y cajas se consideran rendimientos de capital mobiliario. Por tanto, incrementan la parte general de la base imponible del contribuyente, junto con el resto de rentas obtenidas por el contribuyente.
La reforma del impuesto de la renta de 2003 fijó una rentención del 15% para este tipo de rentas (antes estaba en el 18%). Ahora bien, si los intereses se generan en un plazo superior a dos años, antes de integrar los rendimientos en la parte general de la base imponible, se reducen en un 40% . Por tanto, el ahorrador paga por el 60% de sus rendimientos.
El conjunto de ingresos del ahorrador es muy importante para ver si interesa más un depósito o un fondo. En el fondo, se paga el marginal cuando se mantiene la inversión menos de un año y transcurrido este plazo se aplica un tipo fijo del 15% por toda la ganancia obtenida. Una decisión entre depósito y fondo que exige hacer números en caso de que se pretenda mantener el depósito por un periodo superior a dos años.
Por último se encuentran los depósitos combinados con fondos de inversión. Para captar a los clientes, las entidades financieras ofrecen elevadas rentabilidades de entrada, aunque por periodos de tiempo muy cortos que normalmente no superan los tres meses. Junto a esa rentabilidad de enganche, el ahorrador deberá tener en cuenta la modalidad del fondo que se ofrece por si se ajusta a su perfil de riesgo. Lo habitual es que sean fondos conservadores. Además, la ventaja es disponer de un dinero más líquido vía depósito y una inversión a más largo plazo en un fondo.
En los dos grandes bancos españoles (SCH y BBVA) se producen dos estrategias diferenciadas a la hora de acercarse a captar el dinero de las familias españolas. Desde la entidad presidida por Emilio Botín apuntan que su apuesta son los fondos de inversión. En los últimos días han lanzado el Fondo Superselección Acciones a un plazo de cinco años que garantiza la totalidad del capital y el 70% del incremento medio porcentual -diferencia entre el valor final del índice y su valor inicial dividido por su valor final como media aritmética de los valores medios mensuales del índice- del indicador Standard & Poor's All Start Basket.
Desde el BBVA explican una estrategia distinta que busca la personalización de productos para cada tipo de cliente. "Nosotros hacemos un esfuerzo para huir de la venta del monoproducto. Estamos muy orgullosos de ofrecer un cremiento diversificado en los distintos productos financieros y creemos que con la segmentación de la oferta y el asesoramiento lograremos un cliente más satisfecho", explican desde el área de pasivo de la entidad.
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