La ONU asegura que 55.000 observadores vigilarán los comicios

La ONU asegura que las elecciones del domingo en Irak serán un proceso "creíble" y "fiable", a pesar de que las condiciones en que se desarrollarán los comicios "están lejos de lo ideal" por los problemas de seguridad. Pero técnicamente están todas las garantías previstas para evitar el fraude. Carina Perelli, jefa de la división de asistencia electoral de la ONU, daba el miércoles por concluidos los preparativos técnicos para la organización del voto. "Esperamos que estas elecciones, que deben ser vistas como una parte de un proceso de transición política largo y amplio, ayude a estabilizar la situación en Irak", añadió el subsecretario general de la ONU responsable de Asuntos Políticos, Kieran Prendergast.

La labor de la ONU, que cuenta con 40 miembros en la zona, se ha limitado en esta fase a ayudar técnicamente y prestar asistencia a la comisión electoral iraquí. "Nos hubiera gustado tener una legión, pero las circunstancias de seguridad no lo permitían", remachó Perelli. La ONU abandonó Irak en agosto de 2003 tras sufrir su sede en Bagdad un brutal ataque que acabó con la vida de 22 miembros de su personal.

Las elecciones del domingo estarán supervisadas por 55.000 observadores, interventores y agentes de los partidos iraquíes distribuidos por 5.300 centros electorales y 29.000 mesas, según explica la ONU, a los que suman 122 observadores internacionales. Sobre la presencia militar estadounidense, la responsable electoral de la ONU fue muy crítica con el "exceso de entusiasmos" mostrado por las tropas de la coalición, recordando que es un proceso de los iraquíes.

Ahora, dijo Perelli, el reto está en que los propios iraquíes "hagan frente a sus miedos y decidan hasta qué punto estas elecciones son lo suficientemente importantes y legítimas como para arriesgar sus vidas e ir a votar". Hay 14,3 millones de iraquíes inscritos como electores, según la ONU.

En la próxima fase del proceso de transición, la misión de la ONU cambiará hacia un papel de asistente político para la redacción de la futura Constitución. Prendergast dijo en este punto que es importante que las facciones políticas que quedaron excluidas de esta primera fase se incorporen a las fases siguientes del proceso, porque si la Constitución no es aprobada en referéndum -previsto para octubre- no podrán convocarse a final de año las elecciones para la formación del Gobierno definitivo.