El fundador de los Legionarios de Cristo deja su cargo
El Vaticano tiene abierta una investigación por supuestos abusos sexuales del religioso
El religioso mexicano Marcial Maciel, de 84 años, fundador de los Legionarios de Cristo y acusado en reiteradas ocasiones de abuso sexual, renunció el domingo a la dirección de la congregación que creó en 1941 y de la que ha sido máximo responsable desde entonces. La razón esgrimida por el dimisionario en Roma durante el Tercer Capítulo General Ordinario de los Legionarios tiene que ver con su avanzada edad y al "deseo de ver florecer en vida a la congregación bajo la dirección de su sucesor", según fuentes próximas a Maciel.
El sacerdote Antonio Roqueñí, abogado de los primeros denunciantes del religioso, interpreta la dimisión de Maciel como una consecuencia de la reciente reapertura de la investigación en su contra por parte del Tribunal Eclesiástico de la Santa Sede por presuntos abusos sexuales. La abogada Martha Wegan reveló el 7 de enero, en el Nacional Catholic Reporter, que el Vaticano decidió el pasado 2 de diciembre reabrir el caso contra el director de los Legionarios de Cristo, y citó como fuente al fiscal Charles Scicluna, promotor de Justicia en la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El nuevo director general de los Legionarios de Cristo es el también mexicano Álvaro Corcuera, de 47 años, que hasta el domingo ocupaba la Rectoría del Centro de Estudios Superiores de la congregación en Roma. "Existe en todos nosotros un espíritu de unidad", aseguró el nuevo director, que dijo sentir tristeza y pena por "algunas interpretaciones falsas e infundadas de los motivos" de la dimisión de Maciel. No ocultó Corcuera que la decisión de su antecesor fue una sorpresa para él y dijo que acogía su nombramiento como un signo de la voluntad de Dios.
En noviembre de 1997, ocho ex miembros de los Legionarios de Cristo enviaron una carta abierta al papa Juan Pablo II en la que acusaban a Maciel de haber abusado sexualmente de ellos durante sus primeros años de adolescencia, cuando estaban bajo su cargo en seminarios de España e Italia. En la misiva juraban solemnemente delante de Dios y del Papa que en su denuncia sobre "la conducta inmoral del padre Marcial Maciel" sólo dijeron la verdad.
Proceso legal
Ese mismo año, dos de los firmantes, José Barba Martín, catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México, y Arturo Jurado, catedrático de la Escuela de Lenguas del Departamento de Defensa de Estados Unidos, iniciaron un proceso legal contra Maciel, que se materializó el año siguiente ante el Tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Llegaron hasta Roma, donde eligieron, entre una lista de canonistas autorizados por la Santa Sede, a la abogada austriaca Martha Wegan para que llevara el caso. Uno de los firmantes de la carta, José Barba Martín, señaló que la dimisión del fundador de los Legionario de Cristo pretende "suavizar el impacto de la noticia de la sujeción de Marcial Maciel a un juicio en el Vaticano". Y añadió: "No ponen fecha [al comunicado de renuncia de Maciel] para que no se sepa si es una reacción a esa noticia".
Los Legionarios de Cristo son una de las congregaciones más influyentes de la Iglesia Católica que goza de la simpatía de Juan Pablo II. Está presente en 18 países -incluida España- y cuenta en sus filas con más de 600 sacerdotes y 2.500 seminaristas.
El 26 de noviembre pasado, una semana antes de que el tribunal de la Santa Sede notificara la reapertura de la investigación, Marcial Maciel celebró en el Vaticano los 60 años de sacerdote, en un acto al que asistieron el Papa y su secretario de Estado, Angelo Sodano.
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