Deco y Di Garbo reúnen poesía y fotografía en el libro 'Siciliana'
No es extraño que un libro de poemas se haga acompañar de imágenes, o que un catálogo de fotografías reclame la asistencia de unos versos como apoyo escrito. Lo que sí resulta extraordinario es que un poeta y un fotógrafo proyecten deliberadamente emprender dos series paralelas, cada uno en su respectiva disciplina, que convenientemente ensambladas puedan darse cita, más adelante, en un libro. Eso hicieron el poeta Francisco Deco (Sevilla, 1962) y el fotógrafo Angelo di Garbo (Palermo, 1959) en el volumen Siciliana, recientemente publicado por el sello Alfar en edición trilingüe.
Francisco Deco, recuerda cómo surgió la idea de Siciliana. "Di Garbo y yo nos conocimos de casualidad mientras visitábamos un museo de Palermo. Empezamos a charlar, y la conversación nos llevó a tomar una cerveza, y una cerveza a otra. Comprobamos que teníamos una idea del arte muy afín, y empezamos a plantearnos la posibilidad de emprender algún proyecto conjunto", afirma.
Ambos creadores pensaron que la distancia geográfica podía tener una singular ventaja. "Desde el principio planteamos el juego a la manera de los surrealistas franceses, como un cadáver exquisito, a ver qué salía. Estuvimos trabajando cada uno por su cuenta, hasta que tuvimos 20 poemas y 20 fotos. Ninguno sabía qué estaba haciendo el otro, pero había, como digo, una gran sintonía a nivel estético, por lo que el resultado fue sumamente armónico", añade Deco.
Profesor
El poeta, que actualmente trabaja como profesor en el departamento de Filología Francesa de la Universidad de Cádiz (UCA) ya tenía una experiencia anterior de maridaje entre el verso y la plástica: su primer poemario, De máquina oscura (1996) contaba con reproducciones del pintor Juan Olmedo. A este título siguieron Incisiones (1996) y Lutra (2000), pero la fórmula de Siciliana fue para él completamente novedosa.
"Angelo di Garbo quedó muy satisfecho cuando recibió los poemas. Decidió repetir seis de las 20 fotografías, pero sin dedicárselas a ningún poema concreto, sólo para definir mejor el resultado final. Si éste no nos hubiera convencido, habríamos replanteado la historia desde el principio", asegura Deco.
En opinión del poeta, el título del libro acompaña muy bien "el aire musical, campestre, bucólico, de los poemas". "La naturaleza está bastante presente; la mujer también aparece en varias piezas, pero no creo que sea específicamente una poesía amorosa. Como todos lo que escribo, son poemas bastante abstractos, es un poco difícil buscarle un tema. Busco más la creación de atmósferas que el sentido narrativo que puedan tener", concluye Deco.
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