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Batalla campal en Nápoles por la detención de un jefe de la Mafia

Los vecinos se enfrentan a la policía para impedir el arresto

Enric González

El Gobierno italiano comprobó el viernes por la noche cuál es la fuerza social de la Camorra. Tras detener a Cossimo di Lauro, de 26 años, jefe en funciones del clan Di Lauro y acusado de ordenar decenas de asesinatos, los policías sufrieron el ataque de más de 500 vecinos del barrio napolitano de Scampía. Los agentes, que recibieron varios golpes, tuvieron que pedir refuerzos para salir del barrio con el detenido.

"Hay mucha gente, demasiada, que recibe el pan de cada día gracias a los delincuentes", se lamentó el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu, quien acusó a la administración local, de centroizquierda, de no combatir "la disgregación social y económica".

Cossimo di Lauro era considerado el responsable directo de la guerra mafiosa que en 2004 causó 134 homicidios. Desde que su padre, Paolo di Lauro, Ciruzzo o Milionario, abandonó Nápoles y se refugió en un lugar desconocido, Cossimo asumió el mando efectivo e hizo frente al intento de escisión de varias decenas de miembros de la familia. Los secesionistas querían quedarse con un pedazo del negocio de la droga, que genera cada semana un beneficio neto estimado en un millón de euros. El joven Di Lauro ordenó que la rebelión fuera ahogada en sangre, y comenzó una incontenible cadena de homicidios en la deprimida zona norte de Nápoles.

El viernes, la policía localizó por fin el escondite de Cossimo di Lauro, gracias a las señales emitidas por un móvil que no se utilizaba pero permanecía encendido. Vivía en casa de una anciana inválida, libre de toda sospecha. Cuando los carabinieri irrumpieron en la vivienda, Cossimo, desarmado, se entregó con tranquilidad y una sonrisa irónica en los labios. Fuera, en la calle, la gente empezaba a congregarse y a insultar a la policía. La salida de los agentes con el detenido desató el furor de la multitud. Con un grupo de mujeres embarazadas por delante, para evitar la reacción policial, la gente se lanzó sobre los carabinieri y les obligó a replegarse en el edificio. Necesitaron tres horas y la llegada de refuerzos para llevarse a Cossimo di Lauro.

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