Camiones de Gandia y Oliva buscan destino a 200 toneladas de basura
La planta de Dénia rechaza los residuos tras el cierre de la de Ador
Los ayuntamientos de Gandia, Oliva y Dénia se cruzaban ayer reproches sobre la situación de caos que ha provocado que más de 200 toneladas de basura estuvieran el sábado y la madrugada de hoy deambulando por la autopista AP7 sin un destino claro. Gandia y Oliva fueron los dos primeros municipios afectados por la clausura de la planta de residuos de Ador, que hasta ayer trataba la basura de la Safor y de una veintena de poblaciones de la Vall d'Albaida. Pese a las indicaciones de la Diputación, la planta de Dénia se negó a aceptar los residuos.
Oliva optó por aparcar los camiones en una nave hasta resolver su destino
Gandia y Oliva son las únicas poblaciones de la comarca que realizan recogida de residuos las noches del sábado y el domingo, y de forma transitoria, hasta que se busque una alternativa, tenían orden de la Diputación de Valencia de enviar la basura al centro de transferencia de Dénia. Pero el consejo de administración de la Societat de Reciclatge de Residus Marina Alta decidió el viernes, a menos de 24 horas de que la medida entrara en vigor, impedir el acceso de los camiones a sus instalaciones. Alegaba que no disponía de "notificación oficial" de la llegada de los camiones desde La Safor y que el centro se encuentra "saturado". La planta de transferencia de El Palomar, otro de los destinos que había fijado la Diputación, se había negado también en redondo a recibir los residuos.
A pesar de las advertencias, el Ayuntamiento de Gandia decidió continuar con los planes previstos, obedecer el mandato de Diputación y desplazar dos camiones a la planta. Acompañaba la comitiva el concejal de Medio Ambiente en Gandia, Joan Francesc Peris. Los vehículos llegaron a las instalaciones cerca de las dos de la madrugada y se encontraron con el centro inactivo. "Los trabajadores manifestaron que, aunque tenían conocimiento de que la basura iba a llegar, tenían el mandato del consejo de administración de no abrir las puertas", explicaba ayer Peris. El Ayuntamiento gandiense había mantenido contactos previos con la empresa Vaersa, responsable de la gerencia de la planta y dependiente de la Generalitat, para organizar los horarios del envío de la basura. "Desde Vaersa se nos dijo que no había problemas técnicos y que habían realizado un estudio sobre la posible ampliación de la central para acoger los residuos de La Safor de forma temporal", hasta que la Diputación resolviera la construcción de una planta alternativa en la comarca, agregó el edil.
La madrugada del domingo fue movida en el centro de transferencia de Dénia. A las tres de la madrugada se personaron en las instalaciones el concejal de Gobernación y Limpieza del consistorio dianense, Pep Marí, y el abogado de la Societat de Reciclatge, José Sala, que reiteraron su oposición a la entrada de los camiones. Los responsables del servicio de recogida de basura de Gandia optaron por dar media vuelta y conducir los residuos a Guadassuar. Dos horas después, a las 5 de la mañana, llegaron a la planta otros tres camiones procedentes de Oliva. Encontraron también las puertas cerradas. El encargado municipal del servicio, Fernando Sendra, optó por recomendar a los conductores su regreso y aparcar los vehículos cargados de residuos en una nave hasta resolver su destino. A última hora de la tarde la basura fue enviada a Villena.
Los responsables de los ayuntamientos de Gandia y Oliva mantuvieron durante la jornada de ayer una reunión para resolver la situación. Consensuaron cumplir de nuevo esta madrugada la orden de Diputación y conducir los camiones de nuevo a Dénia. Los dos municipios coincidían en reprochar al municipio dianense su actitud en el conflicto. "La decisión de Diputación estaba avalada por la Generalitat y un informe de Vaersa, en el que se constata que la planta de transferencia de Dénia está infrautilizada y puede, de forma transitoria, recibir la basura de La Safor", manifestó Sendra. El edil atribuía la situación a "un malentendido" entre la Administración provincial y la sociedad que gestiona la central de la Marina Alta. Por su parte, Joan Francesc Peris hacía un llamamiento a la "solidaridad" de Dénia para resolver el conflicto. Si esta madrugada volvían a encontrarse con las puertas cerradas, señaló que denunciarían los hechos ante los juzgados y pedirían que "de forma cautelar" se cumpla el mandato de la Administración.
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