Teo Sabando plantea con su obra una exaltación de la naturaleza

Teo Sabando -Viana (Navarra), 1954- ha dado la espalda a la figura humana para hacer de sus creaciones artísticas una exaltación de la naturaleza. Vuelve así a sus orígenes. De momento, desde la fotografía, el dibujo, el diseño, la escultura o la poesía. Pero también planea realizar intervenciones directas a corto plazo. "Intento hacer un arte social", afirma este artista que expone por cuarta vez en la Galería Altxerri de San Sebastián.

Sabando, profesor de diseño en Logroño y artista integral que lo mismo escribe, que pinta, actúa, esculpe o diseña, mantuvo desde 1986 a 1992 una singular trayectoria creativa con su hermano Félix. Mano a mano planeaban intervenciones en bosques quemados o salinas, por ejemplo. Todo su trabajo estaba de alguna manera relacionado con la naturaleza. "Cuando mi hermano se retiró por el nacimiento de su cuarto hijo, volví la cara a la figura humana", explica el artista navarro. Escribió sobre cuerpos desnudos, los fotografió, protagonizó performances... Pero acaba de abandonar este sendero para volver a sus orígenes.

Hay dos hechos, uno más intelectual y otro más prosaico, que explican su regreso a la naturaleza. De una parte, el descubrimiento de la mitología de Polifilo y del taoísmo pagano y, de otra, los paseos por el campo con su perro Ruiz. "A partir de todo esto me encuentro con que si se puede hablar de una certeza absoluta es la naturaleza", sentencia. "Hay una fuerza, una especie de luz, de inteligencia que rige absolutamente todo. Me deslumbra la inteligencia que hay en el desarrollo, en la evolución de las plantas, de los animales. Nosotros nos sustraemos a ella la mayoría de las veces con la sofisticación pero en realidad ellos son el objeto más sofisticado que hay".

Sabando emplea todos los instrumentos a su alcance para plasmar la emoción que le produce la contemplación de la naturaleza. En ocasiones, fundiendo poesía, fotografía, escultura, dibujo o diseño. En otras, usando estas disciplinas por separado.

En la exposición Arte Civil. El jardín del mismo día, el artista presenta fotografías que reproducen por ejemplo el rocío sobre los tréboles, la ondulación de un campo de trigo o unos nenúfares, pero también esculturas de alabastro, libros de autor, dibujos con diseños más cargados de principios que de estética... "El hombre está en todas las naturalezas, pero ya no quiero usar su imagen ni su figura", explica. Todas estas piezas están integradas en series de jardines por los que pasea el espectador de la exposición.