La CNMV analiza si se paralizó la investigación sobre la venta de FG

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se volcará, tras terminar ayer la primera fase de las indagaciones sobre la compra del grupo bursátil FG por parte del banco estadounidense Merrill Lynch, en averiguar si se paralizaron las investigaciones sobre las posibles irregularidades en la sociedad bursátil. Ayer declaró por segunda vez ante la CNMV el antiguo director de la división de Sujetos del Mercado, Ramiro Martínez Pardo, encargado de recibir los documentos de Merrill Lynch sobre las irregularidades en la compra del intermediario bursátil FG Valores y Bolsa.

La CNMV ha finalizado la primera fase de reuniones con antiguos responsables del organismo supervisor y técnicos de este organismo realizada durante los dos últimos días. La comisión investigadora de la CNMV (formada por los directores generales Ángel Benito, Javier Pérez Pellitero y Antonio Carrascosa, y por la directora de Auditoría) indaga, en concreto, si las presuntas irregularidades de las que informó Merrill Lynch en sus cartas fueron investigadas siguiendo los trámites internos de la comisión. Después de las declaraciones no ha podido delimitar este extremo.

Ayer acudió a declarar, por segunda vez, el ex jefe de la División de Sujetos de Mercado, Ramiro Martínez Pardo, quien se ratificó en sus afirmaciones de la primera comparecencia. Durante algo más de una hora, Martínez Pardo subrayó, según fuentes cercanas al organismo, que su forma de trabajar era mandando investigar a sus subordinados y comunicando las conclusiones a sus superiores. Según esas fuentes, todo apunta a que al estimar que no había alteración de los saldos de los clientes y de los acreedores una vez hechas todas las diligencias, se decidió archivar el asunto. La operativa normal consiste en revisar las auditorías de años anteriores y los informes realizados sobre la operación concreta y, efectivamente, comprobar si sufre alguna alteración la cartera de clientes y de acreedores.

Operaciones intergrupo

Las irregularidades contables que denuncian las cartas de Merrill Lynch tuvieron su origen en 1994, cuando la sociedad de valores FG Valores y Bolsa sufrió unas pérdidas de unos 800 millones de pesetas, producidas por inversiones realizadas en los mercados de bonos. Ese año se caracterizó por una brusca subida de los tipos de interés, lo que provocó una caída de la rentabilidad de la deuda, lo que originó fuertes quebrantos en muchas tesorerías, entre ellas, la de FG Valores. En diciembre de ese año, y a toda prisa se realizaron 10 operaciones entre empresas del grupo creado por Francisco González con el fin de reubicar esas pérdidas.

Una fina labor de ingeniería financiera entre compañías, dependientes todas del holding FG Inversiones Bursátiles. El 2 de diciembre, FG Valores y Bolsa vendía a ERN Inversiones y Servicios (sociedad instrumental del grupo) activos por valor de 2.944 millones de pesetas, aunque se preveía una revisión del precio. ERN se vendió cinco días después a la matriz FG Inversiones Bursátiles por 162 millones y, posteriormente, éste traspasa ERN el 13 de diciembre a FG Servicios Empresariales por el mismo precio. Transcurridos sólo dos días, la nueva compradora FG Servicios Empresariales sustituye a ERN como deudor de FG Valores y Bolsa por un total de 3.701 millones. Este cambio se produce acompañado de una transmisión de títulos desde ERN hasta FG Servicios Empresariales a cambio de deuda.

Una operación en la que se pasa de una venta de activos por 2.944 millones a que FG Servicios Empresariales sea deudor de FG Valores y Bolsa por 3.701 millones. La diferencia (757 millones de pesetas) viene a coincidir con el desfase patrimonial que el actual presidente del BBVA, Francisco González, reconoció en el comunicado difundido el jueves. No obstante, Merrill comunicó que el desfase podría ser mayor y que sólo se sabría con una profunda investigación.

Tras haber acordado inicialmente un valor del grupo de 12.000 millones de pesetas. Posteriormente, el banco decide quedarse con FG Valores, FG Gestión y FG Corporate Finance. El 14 de febrero se acuerda cerrar la compraventa por 3.700 millones, de los que en torno a 1.300 eran activos netos del grupo. Tras conocerse, posteriormente, el desfase de 800 millones el banco decidió que se quedaría con el fondo de comercio por 2.000 millones, a lo que se añadiría 1.700 millones de recursos propios. Los accionistas de FG, mientras tanto, liquidan la sociedad mediante una reducción de capital y un reparto de dividendo.

La múltiple operación fue asumida por los directivos de FG Jesús de Luis y Luis Miguel Gutiérrez, que afirmaron que el presidente no la conocía. Para las fuentes consultadas llama la atención, sin embargo, que en una empresa pequeña como el Grupo FG, su presidente, no supiera nada de eso. En contra del argumento de que el desfase no es importante ya que fue solventado, como explican fuentes cercanas al actual presidente del BBVA, se preguntan por qué para Merrill fue tan decisivo como para cambiar el esquema de la operación. Incluso, no se explican por qué Jesús de Luis viaja en julio de 1996 a Londres a explicárselo todo al banco norteamericano.